En los pasillos de La Ciudadela saben que el partido del lunes contra Patronato, será como una especie de final. A pesar de que las declaraciones de Iván Zafarana sobre Diego Flores y la posterior eliminación en Copa Argentina significaron en poco tiempo dos golpes de nocaut, lo cierto es que el malestar parece haber quedado atrás y en el seno del plantel de San Martín de Tucumán miran el futuro con optimismo. En ese sentido, se decidió realizar un asado junto a los dirigentes, el cual lejos de estar relacionado con lo sucedido en la semana, ya estaba programado y había sido suspendido simplemente por una cuestión de agenda.

La banca de los referentes en la conferencia de prensa semanal renovaron los ánimos en un plantel que venía de puros golpes. Pablo Hernández, Junior Arias y Darío Sand decidieron tomar la posta y llevar tranquilidad a los fanáticos del “santo”.

“La demostración de todo esto es lo que hicimos el miércoles. Fue una prueba de que estamos a muerte con el entrenador. Todo esto es un tema que ya pasó”, sentenció Arias, para despejar cualquier tipo de dudas sobre una posible interna en el plantel.

Un día después de ese apoyo al técnico, el complejo “Natalio Mirkin” vivió una jornada fructífera. Sonrisas, charlas y hasta chistes se apoderaron del mediodía en Cebil Redondo.

Tras finalizar la práctica de fútbol reducido en la cancha principal, tanto los jugadores como el cuerpo técnico se dirigieron al renovado quincho que se encuentra ubicado a un costado del gimnasio.

Allí, esperaban el presidente Rubén Moisello junto a los dirigentes Hugo Ledesma, Gustavo Paz y León Kristal, los mismos integrantes que habían viajado a Santa Fe con la delegación.

Por su parte, Rodrigo Cano, uno de los utileros del plantel, se encargaba de acelerar el tradicional asado semanal, que por lo sucedido en los días previos, esta vez tuvo un sabor especial.

“Ya estaba programado el asado desde la semana pasada, pero se había suspendido. Fue un lindo día para compartir entre nosotros. No habló nadie en particular, pero estábamos todos. Sólo nos dedicamos a almorzar”, le confió un allegado del plantel a LA GACETA, sobre la comida que también tuvo la participación del staff médico y los auxiliares. Mientras que el único que se ausentó por razones extrafutbolísticas fue Zafarana.

“Se compró una gran cantidad de carne y hasta sobró. Esto suma mucho en lo grupal, sobre todo, en el aspecto humano”, agregaron sobre la reunión entre CT, jugadores y dirigentes.

El almuerzo sirvió para recargar energías y encarar de la mejor manera el partido de mañana contra Patronato. A la espera de lo que suceda con su homónimo sanjuanino, el “santo” si suma de a tres unidades podría retornar a la cima de la zona A.

“Tenemos un gran desafío contra Patronato y lo vamos a tomar como un partido muy importante”, había declarado Flores, que recibió el respaldo en la semana tanto de sus dirigidos como de la comisión directiva.

Mañana será la última práctica y por la tarde, el plantel quedará concentrado con miras a una nueva finalísima.