Nacida como idea durante la pandemia, en una conversación entre los hermanos Francisco y Pablo Martínez Luque, la media maratón de Yerba Buena no tardó en posicionarse como uno de los eventos más importantes del año para la Ciudad Jardín. La tercera edición de la 21K Yerba Buena de la mano de Sporting, que se desarrollará el domingo a partir de las 9, tuvo su lanzamiento oficial en el campus de la UNSTA en Yerba Buena, en un evento que contó con la presencia de los organizadores, del intendente Pablo Macchiarola y de cuatro competidores invitados a compartir sus historias de superación y pasión por el deporte: Facundo Palacio, Pablo Giesenow, María Inés Chrestia y Ezequiel Chavarría.
"En mi casa siempre nos impulsaron a hacer deporte, y hoy es lo que más me gusta. A los seis meses de vida ya estaba nadando, y eso me fue apasionando. Y este evento me parece hermoso para Yerba Buena", destacó Facundo, de 27 años, quien nació con mielomeningocele, una enfermedad congénita que le afectó la médula espinal y le provocó parálisis en ambas piernas. "Hasta los 12 años usé bastón, pero desde entonces uso silla de ruedas, que me permite hacer todo lo que me gusta. Jugué mucho tiempo al tenis, también hice natación, golf, y ahora estoy haciendo patriatlón, que combina natación en aguas abiertas, ciclismo y atletismo", detalló Palacio, quien compite a nivel nacional e internacional.
Desde Córdoba llegó Giesenow, quien como no podía conseguir pasajes de avión, viajó 12 horas en micro para participar en la 21K, en el trazado de 10 kilómetros. "Conocí a los organizadores en una expedición que hicimos al Valle de las Lágrimas, donde se estrelló el avión que llevaba a los rugbiers uruguayos. Ahí me invitaron a participar de esta carrera", contó Pablo, quien en 2015 sufrió un accidente automovilístico en La Pampa que le costó las dos piernas. "Viajaba a Santa Cruz a darle una sorpresa a mi viejo por su cumpleaños. Al final se la di a la sorpresa, pero se la comunicaron los bomberos, je. Perdí cuatro litros de sangre, y dicen los médicos que no hubiera sobrevivido de no ser porque tenía un buen estado físico. Yo jugaba mucho al fútbol. Así que pensé: si el deporte me salvó la vida, puede ayudarme a rehacerla. Así que empecé a hacer muchos deportes que antes ni se me habían pasado por la cabeza, como el running, el tenis o subir montañas. Empecé en 2018 por la más fácil, el Aconcagua, je", compartió Giesenow.
Para María Inés, su pasión por el trail running se incubó desde pequeña. "Con mi familia siempre íbamos a la montaña y hacíamos cabalgatas. Pasé por varios deportes, como hockey y mountain bike, pero en la pandemia empecé a correr y en el trail running encontré la combinación perfecta entre mi espíritu competitivo y la pasión que tengo por la montaña", relató la atleta de 27 años, quien debe congeniar su agenda deportiva con sus obligaciones como médica. "Hay épocas en las que no es fácil. En julio tengo que rendir un examen, y si me va bien, comienzo a hacer la residencia de una especialidad en septiembre. Esa va a ser la prueba de fuego. Además, con la ola de dengue fue muy estresante el trabajo y fue previa al campeonato nacional. Pero igual, yo me siento una privilegiada, por los amigos que me da el deporte. Además, el deporte ayuda mucho a combatir ese estrés", explicó.
Chavarría, campeón de las dos primeras ediciones de la 21K y por ende gran candidato en esta tercera edición, comenzó a correr hace 18 años, cuando tenía 17. "Pero empecé a trabajar cuando tenía 11, en la verdulería de un amigo. No me dejaba hacer nada hasta que no terminaba la tarea. También trabajé de cadete y haciendo cordón cuneta. No fue fácil, pero aprendí mucho y eso me permitió hacer mi casa. Vengo de una familia muy trabajadora, mis padres siempre me decían que con el trabajo y el esfuerzo se consiguen muchas cosas. Y por eso, con cada cosa que me proponía, la hacía sin importar si llovía, si hacía frío o si tenía que madrugar", contó "Chava". "Gracias a eso hoy puedo tener mi negocio de parrillada, porque siempre me gustó la gastronomía. Es un negocio familiar. Cuando estoy entrenando o viajo para competir, mi familia siempre está trabajando. Ellos son los que me impulsaron a estar acá", contó el bicampeón, protagonista de una historia que, definitivamente, inspira.