Un grupo de investigadores del Museo de Biología del Suroeste de la Universidad de Nuevo Mexico descubrió la especie de colibrí más grande el mundo. Además, descifraron cuánta distancia recorre en su vuelo migratorio y a qué altura puede llegar a elevarse.

El estudio duró ocho años y se publicó en el Proceedings of the National Academy of Sciences bajo el nombre de: “La migración elevacional extrema estimula la especiación críptica en colibríes gigantes”.

Por otra parte, esta investigación los llevó a una conclusión: el colibri gigante es una nueva especie. El equipo estuvo a cargo de Jessie Williamson de la Universidad de Nuevo México e incluyó a otras instituciones como: el Museo de Bilogía del Suroeste de la UNM, la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Centro de Ornitología y Biodiversidad en Perú.

La premisa del estudio era descubrir en qué parte del mundo pasaban el invierno esto animales. Son aves que se reproducen a lo largo de las costas del Pacífico en el centro de Chille y luego, desaparecen. También, tienen un tamaño ocho veces más grande que los colibríes comunes.

Un misterio de cientos de años

Este misterio llevaba casi 200 años sin ser resuelto y fue Charles Darwin quien vio por primera vez a estos ejemplares gigantes migratorios en su viaje por el Beagle. Williamson y su equipo le colocaron a cada especie mochilas en miniatura con dispositivos de seguimiento.

Eso los llevó a saber que los colibríes gigantes ascienden a más de 4000 metros de altura por los altos Andes, volando hasta las montañas del Perú, al norte. Este viaje de ida y vuelta da un total de 8400 kilómetros recorridos, la misma distancia que existe entre las ciudades de New York y Buenos Aires.

Los artefactos colocados eran muy livianos y no afectaban al vuelo de las aves. “Fue necesario mucho ensayo y error para llegar al diseño del arnés definitivo”, comentó Williamson. “Son los diminutos acróbatas de la naturaleza”, agregó.

Otro detalle que les llamó la atención de los colibríes gigantes es que, en cierta parte de su recorrido, detienen su ascenso para permitir que su sangre y pulmones se aclimaten. “Nadie había descubierto adónde van los colibríes migratorios porque se escondían entre los que no migran”, expresó Christopher Witt, profesor y director del Museo de Bilogía del Suroeste.

También, los expertos encontraron que los ejemplares migratorios y residentes habían estado evolucionando por separado durante tres millones de años generando así que sean dos especies distintas.

Los colibríes gigantes que viven todo el año en los altos Andes son muchos más que los que migran y tiene sangre y pulmones distintos. El equipo de investigadores propuso que estos animales se llamen científicamente Patagona chaski y chaski del Imperio Inca.