Con la llegada del otoño y el descenso de las temperaturas, es crucial fortalecer nuestro sistema inmunológico para enfrentar la temporada de enfermedades respiratorias.

Afortunadamente, muchos remedios naturales que combaten el frío y los resfriados se encuentran fácilmente en casa, ofreciendo una alternativa económica y efectiva a los suplementos comerciales.

Infusiones para combatir el frío y el resfrío 

Las infusiones son una manera reconfortante de ingerir una variedad de hierbas que fortalecen el sistema inmunológico y protegen contra enfermedades comunes. 

Tés como el de tomillo, miel con limón y jengibre, regaliz, y cáscara de naranja son conocidos por sus propiedades antibacterianas y su capacidad para fortalecer las defensas del cuerpo. 

Además, el calor de las infusiones ayuda a mantener una temperatura corporal estable, ideal para los días fríos.

Jengibre: un aliado poderoso

El jengibre es reconocido por su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico y aliviar la inflamación, especialmente en casos de dolor de garganta. Ya sea consumido en infusión con miel o en forma de caramelos naturales, el jengibre es una opción versátil y efectiva para combatir el frío y los resfriados.

Alimentos ricos en vitamina C

Aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina C es fundamental para combatir con éxito el frío y prevenir resfriados. 

Además de la clásica naranja, otras opciones incluyen el pomelo, kiwi, frutillas, morrón y brócoli. Estos alimentos no solo fortalecen el sistema inmunológico, sino que también proporcionan otros nutrientes esenciales para la salud.

Miel: aliada natural

La miel es un remedio natural por excelencia para el frío. Con propiedades antioxidantes y antimicrobianas, la miel ofrece una protección efectiva contra enfermedades infecciosas.

Consumirla por la mañana en una infusión o agregarla a la dieta diaria ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y satisfacer las necesidades minerales del cuerpo.

Cebolla y ajo: poderosos antioxidantes

Tanto la cebolla como el ajo son conocidos por sus propiedades antioxidantes y su capacidad para fortalecer las defensas del organismo. 

Consumir cebolla cruda o aumentar su presencia en las comidas diarias es una manera efectiva de aprovechar sus beneficios. 

Por su parte, el ajo puede consumirse crudo con agua, en infusión o incorporado en las comidas para disfrutar de sus propiedades anti resfriados.