Nuestras casas están diseñadas para suplir necesidades. Nuestro cuarto sirve para dormir, la cocina para proveernos de alimento y el baño para ducharnos y evacuar desechos. Pero ¿qué sucede cuando estos propósitos se corrompen y una pila de contenedores de comida, zapatos y cables descansa sobre nuestra cama? Ese sería el escenario del hogar de un acumulador compulsivo.

Navegar entre la basura, las pilas de ropa, los restos de comida y aparatos de tecnología inservibles es la rutina de los acumuladores compulsivos. Cuando la incapacidad de deshacerse de los objetos y el desorden se arraigan en nuestros comportamientos y nuestros hogares, esto puede generar trastornos en nuestra vida cotidiana.

Acaparamiento compulsivo: el trastorno mental donde los objetos son el bien más preciado

El acaparamiento compulsivo es una enfermedad de la salud mental donde el que la padece sufre de una dificultad continua para tirar o deshacerse de sus pertenencias. Así con el tiempo va adquiriendo objetos a lo que les atribuye una emoción, o que tienen un propósito futuro ya sea porque le salvarán de algún apuro ulterior o para una ocasión creativa.

El resultado de este guardado es luego el acumulamiento de todos esos objetos de “por si acaso” que terminan por convertir el hogar del acumulador en una verdadera anarquía, donde la pilas de objetos no siguen una estructura o lógica y se apilan generando una dinámica de montañas y pasillos interrumpidos, haciendo de la vivienda un lugar inhabitable.

Coleccionistas y acumuladores, la diferencia y cómo identificarlos

Muchos podemos identificarnos con la actitud de acumular cosas. Muchos guardamos objetos porque son lindos, evocan recuerdos nostálgicos o porque pensamos entregarles algún tipo de utilidad. Sin embargo esto no nos convierte en acumuladores compulsivos. Los coleccionistas podrían ser considerados acumuladores bajo esta etiqueta pero la realidad es que los acaparadores se diferencian de los anteriores en su actividad diaria, donde su hogar se ve interrumpido por el desorden y la acumulación.

De esta manera los hogares pueden asimilarse a hacinamientos, donde cada superficie de la vivienda se encuentra atestada de objetos, desplazando al dueño de los distintos espacios, poco a poco.

Causas y tratamiento: cómo se procede luego del diagnóstico del trastorno

Este trastorno es solo la manifestación de una causa subyacente, de una raíz más profunda. Hay ciertos rasgos de personalidad, la dificultad para tomar decisiones, el perfeccionismo y la procrastinación que, cuando se combinan, pueden predisponer a un individuo a desarrollar el síndrome de acumulación compulsiva. Otros trastornos como la depresión, la ansiedad o los problemas de pareja son los iniciadores de esta problemática que es el síntoma manifiesto.

El principal tratamiento del trastorno de acumulación compulsiva es la terapia cognitivo conductual, un enfoque terapéutico basado en las habilidades. En este se aprende a controlar mejor las creencias y los comportamientos vinculados al desorden. En casos más severos el especialista puede proveer medicamentos, sobre todo si se sufre de ansiedad o depresión junto con el trastorno de acumulación compulsiva.