Un poco de desorden en el día a día es habitual para cualquier persona. Pero la Universidad de Nuevo México (UNM) realizó un estudio en el que se determinó cuál es el impacto que tiene sobre la salud mental una casa desordenada o una vida desorganizada permanentemente.
La investigación fue publicada en "Journal of Environmental Psychology", una revista de psicología aplicada. El grupo de investigadores fue liderado por Catherin Roster, coautora y profesora de la Anderson School of Management de la UNM, y determinó que el caos efectivamente incide en nuestras percepciones de la vida.
Uno de los datos que más preocupó no estuvo relacionado directamente a la salud mental, sino a la pérdida monetaria que representan la desorganización y el desorden. Es que, según el estudio, "la persona promedio probablemente pierde el 5% de su tiempo debido a la desorganización". Por eso los investigadores recomiendan: "Tomá tu sueldo anual, sumale el 5% y vas a poder medir lo que te puede estar costando la desorganización".
Una casa desordenada incide sobre la salud mental
Roster explica que la desorganización tiene un impacto negativo en la psiquis: "El desorden puede reducir los sentimietos de felicidad, bienestar y seguridad que una persona obtiene al estar en sus espacios personales".
El caos, si es persistente, también puede acarrear problemas de concentración y de toma de decisiones. Trabajar en espacios desordenados puede provocar sentimientos de agotamiento y desidia, explican los resultado de la investigación de la Universidad de Nuevo México.
Esta problemática, en sus estados más avanzados, tiene la capacidad de moverse a otros aspectos de la vida del afectado. Los primeros son los ámbitos académico-profesionales, pero también puede verse reflejado en las relaciones interpersonales. El tiempo que una persona pierde buscando un objeto perdido, por ejemplo, lleva a retrasos a citas, al trabajo y la escuela.