“The Google Effect” o el "Efecto Google" es un fenómeno que algunos teóricos han problematizado, donde se cuestiona si nuestro cerebro se ve atrofiado de alguna manera por el motor de búsqueda más popular del mundo. ¿Qué tan cierto es el daño cerebral provocado por este gigante de la tecnología?

La atrofia cerebral se refiere principalmente a la muerte de las neuronas. Algunas de estas células no viven para siempre y su inhabilidad produce que nuestra capacidad de recordar y de realizar ciertas actividades se reduzca. Es en este punto donde los investigadores han cuestionado si el sitio web más utilizado del mundo, capaz de procesar y organizar la información de todo el planeta está afectando a nuestra memoria.

¿Somos dependientes de Google?: cómo afecta este gigante de la tecnología a nuestro cerebro  

Cuando las dudas nos surgen, Google está para asistirnos. Cuando no encontramos la palabra que queremos decir, cuando no recordamos qué aprendimos en la clase pasada, cuando no podemos dilucidar en qué día sucedió un evento, entonces acudimos a la compañía más utilizada del mundo.

Pero ahora, ¿en qué medida el predilecto de los incapacitados momentáneos de recordar profundiza estas dependencias?. Quizás nos hemos vuelto adictos a Google, como un recordatorio constante y un almacenamiento de nuestros olvidos. Para ello, los investigadores de la Universidad de Columbia, Wisconsin-Madison y de la Universidad de Harvard, Betsy Sparrow, Jenny Liu y Daniel Wegner llevaron a cabo un estudio para dilucidar en qué medida tener constante acceso a la información afecta a nuestra capacidad de retener la información.

¿Qué dice la ciencia?: una serie de experimentos buscó dilucidar si Google puede atrofiar nuestro cerebro

Los estudiosos llevaron a cabo una serie de experimentos con estudiantes voluntarios que proporcionaron una aclaración sobre cómo el Internet afecta a nuestra memoria. En uno de los últimos desafíos que se le propuso a los voluntarios, estos debían resolver un cuestionario de 40 preguntas. Luego se les explicó que las respuestas de algunos de ellos  serían guardadas, mientras que la de que otros serían eliminadas.

Más tarde se les solicitó a los estudiantes escribir la mayor cantidad de respuestas que pudieran recordar. Esto resultó en que aquellos que pensaron que sus soluciones serían guardadas no podían rememorar tantas respuestas como sí lo hicieron aquellos que pensaron que sus resoluciones no serían custodiadas.

Un segundo grupo fue consultado con la misma tarea pero en este caso les explicaron que sus respuestas serían guardadas en una carpeta específica o borradas. Luego les presentaron 30 respuestas que fueron alteradas de alguna manera. Aquellos que pensaron que su trabajo sería guardado fueron los peores en dar cuenta cuáles eran sus respuestas alteradas, pero a la misma vez fueron los mejores identificando en qué carpeta estaban guardadas sus respuestas. 

Estas resoluciones sugieren que somos mejores recordando dónde podemos acceder o dónde se encuentra nuestra información antes que rememorando los contenidos en sí. Otros experimentos demostraron lo mismo: si sabemos donde encontrar los contenidos, entonces recordaremos dónde buscarlos, pero no podemos recordar la información en sí.

¿Atrofia o adaptación?: qué dice la ciencia sobre el “Google Effect”

Las investigaciones demuestran que nuestros cuerpos se moldean para adaptarse a la época del internet, aunque este fenómeno está lejos de llamarse atrofia cerebral. El efecto de Google en nuestro cerebro es real. Nuestra cabeza siempre está encontrando nuevas maneras de realizar la sinapsis para darle sentido a nuestra información así como encuentra nuevas vías y formas de recibir los contenidos que provienen del internet, lo que afecta a la estructura de nuestro cerebro.

El fenómeno del que estamos hablando no está vinculado con el daño cerebral, si no con la plasticidad cerebral, que es la capacidad del sistema nervioso de cambiar su estructura y su funcionamiento a lo largo de su vida, como adaptación a la diversidad de su entorno.