Tres semanas más. Ese sería el tiempo estipulado para terminar con los testigos en el juicio que se le sigue al ex gobernador José Alperovich en la causa por abusos y violencia sexual que denunció su sobrina y ex colaboradora. Es que en principio el 3 de junio podrían comenzar los alegatos para luego dar lugar a la sentencia.
En la jornada de ayer quedó estipulado quiénes serán los testigos que deberán declarar en la próxima audiencia, entre los que sobresale Gabriel Alperovich, uno de los hijos del imputado, además de personas que serán llamadas por la defensa y la fiscalía, entre los que hay peritos que analizaron el celular de la denunciante. Y luego el mismo Alperovich deberá decidir con el equipo de defensores que encabeza Augusto Garrido si declarará o no. Al respecto, al tratarse de declaración de imputado él puede negarse a responder preguntas y simplemente relatar lo que le parezca, sin someterse a los cuestionamientos del fiscal Sandro Abraldes, de los representantes de la querella, Pablo Rovatti y Carolina Cymerman e incluso del mismo juez Juan María Ramos Padilla.
Ayer, ante la mirada de Alperovich, que sigue el debate vía zoom, declaró Luis Zamora, contador de la empresa familiar del ex gobernador quien aseguró que cuando él se enteró de la denuncia pensó que ella lo hacía por dinero. “José me dijo ‘¿podés creer que (el nombre de la denunciante) me quiere denunciar por violación? En ese momento me quedé helado. No lo podía creer. Para mí fue una avivada, una pijotería. Lo primero que pensé es que ella quería plata”, afirmó el testigo.
Zamora relató que él era quien conseguía dinero y elementos para aportar a la campaña y que salían de fondos de la concesionaria. “Yo le brindaba apoyo logístico a ella (por la denunciante). Ella era muy eficiente y ordenada en su trabajo”, recordó. Y aseguró que la relación entre Alperovich y la joven “era la normal entre un jefe y su empleada”. Zamora también dijo que “había rumores de que ella andaba con José, o con David (el ex concejal Mizrahi). Pero yo solo vi que ella y David andaban de la mano como novios por la peatonal”.
El testigo indicó que Alperovich “siempre tuvo un trato correcto, cordial con todos. Él no era un ogro”. Y antes de dar su opinión acerca de lo que pensaba del tenor de la denuncia, relató que Alperovich mantenía una enemistad con el actual diputado Carlos Cisneros. “Era de público conocimiento”, dijo.
Luego fue el turno de Juan Antonio Rocha, quien ejerció como chofer de Alperovich. El hombre aseguró que nunca vio nada raro entre el imputado y la víctima. “Tenían una relación cordial. Jamás observé que a ella le pasara algo malo”, relató. Pero además afirmó que supo de problemas de la relación entre la joven y Mizrahi. “Una vez le vi un hematoma en la cara y ella me dijo que había discutido con Mizrahi. Después me dijo que él la celaba mucho. Que estaba cansada de esa relación”, recordó. Y afirmó que Alperovich siempre fue “muy carismático”.
Alberto González, por su parte, explicó que trabajó como custodio del imputado, pero cuando él ya estaba retirado de la Policía. “Nosotros acompañábamos al senador, pero no estábamos armados. Era imposible que alguien quisiera atacar al señor José. La gente lo quería mucho”, dijo. “Cuando nos enteramos de la denuncia no lo podíamos creer”, sostuvo.
Posteriormente fue el turno de Hugo Véliz, quien fue jefe de Custodia de Alperovich. Y allí el defensor Garrido aprovechó para preguntarle cómo era la relación de los custodios con la denunciante. “Según la carta pública que escribió ella (la ex colaboradora de Alperovich) siempre había gente armada y que de algún modo la tenían controlada. ¿Esto es así?”, le preguntó. Véliz respondió que no, y que le llamaba la atención esos dichos. “Teníamos un ambiente de trabajo muy alegre. De hecho a mí y a otros compañeros ella nos invitó a su cumpleaños en 2018. Si la hubiéramos intimidado, ¿cómo nos iba a invitar al cumpleaños?”, se preguntó. Luego de afirmar que Alperovich “es muy querido en Tucumán”, afirmó que cuando se enteró de la denuncia le pareció todo “muy raro”. Finalmente fue el turno del ex comisario general Eduardo Herrera, quien fue custodio del ex mandatario, y luego, una vez retirado, siguió trabajando con él e incluso hoy lo acompaña en algunas salidas. “Todos los policías que trabajaban en la campaña eran amigos de ella y se llevaban muy bien”, relató Herrera. “Me sorprendió cuando hizo la denuncia. Yo nunca vi nada raro”, afirmó.
Las audiencias comenzaron en Capital Federal el 5 de febrero, en la sede del Tribunal Oral en lo Criminal n° 29. De darse lo que se informó ayer y que los alegatos comiencen efectivamente el 3 de junio, es probable que se dicte sentencia a fines de ese mes o principios de julio, teniendo en cuenta que posiblemente cada una de las partes tome todo un día dentro del Tribunal para brindar sus conclusiones.