A mediados de abril de este año, Lawn Tennis se vistió de gala para recibir, por primera vez en la historia, un torneo Challenger de tenis, certamen correspondiente a la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), coronando así un gran proceso de torneos en la provincia que se inició en 2022. Pero algunas décadas atrás, Tucumán supo ser ya sede de eventos importantes de la disciplina, y el primero de esos torneos fue un Future femenino de la Federación Internacional de Tenis (ITF), realizado en 1995.
En realidad, poco tiempo antes, en ese mismo año, pero a fines de julio, la provincia, y el propio Lawn Tennis, ya habían albergado un evento todavía más importante: una serie de Fed Cup (hoy BJK Cup, el “Mundial” femenino del tenis) entre Argentina y Australia, que fue la primera que el seleccionado albiceleste disputó en el país en toda su historia. Fue triunfo argentino, con la inigualable Gabriela Sabatini como líder tenística del equipo.
Esa serie, que fue un éxito total en cuanto a convocatoria y a organización, abrió la puerta para que, en diciembre, Tucumán, y el club ubicado en Parque 9 de Julio, volvieran a recibir un certamen de tenis internacional, y para nada menor: era un Future de categoría W50, que repartía, justamente, 50.000 dólares en premios.
Debido a su jerarquía, el evento contó con grandes nombres, principalmente del tenis sudamericano. Florencia Labat, que un año antes había llegado a ser número 26 del ranking mundial, y que llegó a Tucumán ubicada en el puesto 55, fue la máxima favorita al título. Igual que en la serie ante Australia meses atrás, donde ganó sus dos partidos de singles, terminaría cumpliendo con la lógica y quedándose con el trofeo.
El resto de las favoritas al título también son nombres importantes en la historia del tenis femenino. La marplatense Bettina Fulco, que llegó a ser 23° del mundo, fue la segunda preclasificada. La tercera preclasificada fue una joven Paola Suárez, que con 19 años ya daba señales de su calidad tenística; la misma que la llevaría, años más tarde, a ser Top 10 del ranking mundial en singles, y a convertirse en la primera tenista argentina (hombre o mujer) en ser número 1 del mundo (en dobles). De hecho, pocos meses antes, en Roland Garros, dio la sorpresa al eliminar a la estadounidense Mary Joe Fernández, en aquel momento 13° del mundo (años atrás había sido 4°), en primera ronda.
Las otras argentinas preclasificadas en aquel torneo fueron Mariana Díaz Oliva, que años después llegaría al Top 50 del ranking, y sumaría un título en Tucumán (1997), y la única representante local, Mercedes Paz, que se dio el lujo, tras no estar en el equipo de Fed Cup, de poder jugar un evento internacional en su provincia, y en su club de origen.
Entre las extranjeras que llegaron a la provincia, hubo varias que, años después, se meterían entre las 100 mejores del mundo; como el caso de la húngara Petra Mandula, que llegaría a ser 30° del ranking (en Tucumán perdió en primera ronda), la suiza Emanuela Zardo (fue 27°), y la alemana Andrea Glass (llegó a ubicarse 53°). También dijo presente un apellido ilustre: Sabine Haas, hermana de Tommy Haas, quien llegó a ser número 2 del mundo del ranking ATP.
El desarrollo del torneo fue altamente exitoso, según reportan las crónicas de aquellos tiempos. Durante la semana del 11 al 17, el Lawn Tennis tuvo una gran cantidad de público en las tribunas; durante la semana, la entrada fue libre y gratuita. Recién para las instancias finales se debió pagar: tres pesos el viernes (cuartos de final), y cinco pesos tanto el sábado como el domingo (semifinales y finales). Además, estaba la posibilidad de adquirir un abono para los tres días, a diez pesos. Además, la acción del sábado y domingo fue televisada para todo el país.
En cuanto a los resultados propiamente dichos, el torneo contó con pocas sorpresas “grandes”. La revelación fue la húngara Katalin Marosi, que tenía apenas 16 años, y que accedió al torneo gracias a una invitación. En segunda ronda, dio el golpe ante Fulco, y tanto en primera ronda como en cuartos de final (ante las argentinas María Fernanda Landa y Cynthia Tortorella, respectivamente), se impuso con contundencia, sin ceder sets. En semifinales, terminaría cayendo ante Paola Suárez. La “Negra” había dejado afuera, en cuartos de final, a “Mecha” Paz, venciéndola por 4-6, 6-2 y 6-1.
La otra finalista fue Labat, que tuvo que transpirar de más en alguno de sus partidos. Sus compatriotas Celeste Contín, Laura Montalvo, Díaz Oliva, y la alemana Glass fueron sus “víctimas” en su camino a la final. Y en la final, fue muy superior a Suárez, a quien derrotó por 6-2 y 6-1, para quedarse con su cuarto título profesional. La “Negra”, de todas maneras, no se fue con las manos vacías: junto a Montalvo, se consagró en dobles, tras vencer 6-2 y 7-6 a la dupla compuesta por la paraguaya Larissa Schaerer y la argentina Verónica Stele.
“¡Fue hace tanto tiempo! Recuerdo lo lindo que fue jugar en Argentina, y especialmente en Tucumán, que siempre recibe con mucho cariño a las tenistas. La gente que nos había ido a alentar y a acompañarnos en la Fed Cup fue increíble, por eso fue tan lindo volver al Lawn Tennis”, recordó Labat, en diálogo con LA GACETA.
29 años después de aquellos eventos, Tucumán aparece ya instalado en el calendario nacional e internacional del tenis, y con gran proyección a futuro, gracias a lo exitoso de la organización en el último tiempo.