Con frecuencia aparecen referencias a “tipos de orgasmos”, clasificaciones en muchos casos cuestionables, sobre todo porque pueden conducir a las personas al encuentro sexual buscando un objetivo, demasiado específico y por lo tanto, que resulte elusivo. Frustración asegurada. Sin embargo, si a estos contenidos los utilizamos para explorar nuevas posibilidades, para divertirnos, para jugar y ser creativos, sin tomarnos el asunto demasiado en serio… vale la pena echarles una mirada.

Es el caso del llamado “hiperorgasmo”, una categoría relacionada con las prácticas sexuales tántricas. Es descripto como un estado de maximización del placer sexual a niveles “inimaginables” e “indescriptibles”. Es decir, supuestamente mucho más intenso que un orgasmo “común”.

Pero ojo: para alcanzar este estado alterado de conciencia -en realidad, todo orgasmo lo es- se deben dominar ciertas técnicas de “optimización de la sexualidad”. Las que ofrece el Tantra, extensa y profunda sabiduría de más 5.000 años de antigüedad (dentro de la cual la sexualidad constituye un brevísimo capítulo, es bueno aclararlo).

“Tiempo ilimitado”

Los exégetas del hiperorgasmo afirman que puede sostenerse ese éxtasis “por tiempo ilimitado”. ¿Es realmente posible? Aseguran que sí, que la persona sería capaz de mantener la sensación de placer y éxtasis en su cuerpo todo el tiempo que dure la actividad sexual tántrica. El requisito es entender la sexualidad como un arte.

Nada de encuentros a las apuradas, persiguiendo metas, liquidando el asunto en 10 minutos. No. Hay que tomarse un tiempo, horas de hecho. De acuerdo a esta filosofía, más importante que el destino es el camino: disfrutar, compartir con el otro, conectarse con las propias sensaciones y vivir a pleno el placer a nivel cuerpo-mente-espíritu que somos capaces de experimentar como los seres sexuales que somos.

La sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla sostiene que es necesario un mínimo de tres horas para cubrir con éxito las sucesivas etapas y así llegar a alcanzar el estado de sensibilidad erógena capaz de convertirse en el anhelado hiperorgasmo: “exacerbar el placer físico hasta una dimensión tal que supere precisamente los límites físicos”.

Y postula algunas condiciones básicas que, dentro de la práctica tántrica, pueden favorecer dicha experiencia:

1- Sensibilidad y sutileza.

2- Respecto, comodidad e intimidad emocional con la pareja.

3- Desinhibición.

4- Concentración.

5- Olvidarse del tiempo y las obligaciones.

6- Renunciar a las prisas.

7- Renunciar a las comidas grasas, el tabaco y las bebidas alcohólicas.

8- Olvidarse del orgasmo como único foco importante del sexo.