Un 10 de mayo, pero de 1987, menos de un año después de consagrarse campeón mundial con la Selección argentina, Diego Armando Maradona sumaba a su vitrina otro trofeo, y uno de los más importantes de su carrera: el Scudetto, vistiendo los colores del Nápoli.
Ese día, por la penúltima fecha de la liga italiana, el Nápoli igualó 1-1 en su estadio (San Paolo) con Fiorentina, gracias a un tanto de Andrea Carnevale. Con ese empate, el equipo del sur de Italia se aseguró el título, ya que le sacaba tres puntos a Juventus, su perseguidor más cercano, y en aquel entonces, los triunfos otorgaban dos puntos.
Maradona no sólo fue la principal figura de aquel Nápoli, sino que también fue el máximo goleador: anotó 10 tantos en todo el torneo, siete menos que el goleador del certamen, Pietro Paolo Virdis, del Milan.
¿Por qué fue histórico el título del Nápoli de Maradona?
El Scudetto conseguido en la temporada 1986-87 no fue una consagración menor para el Nápoli: fue la primera vez en toda su historia que logró consagrarse campeón del fútbol italiano, cortando con el histórico dominio de los equipos del Norte (Inter, Milan y Juventus).
Además, fue el primer título de Maradona desde su llegada al club, tres años atrás. Claro, no sería el único: ese mismo año ganó la Copa Italia, en 1989 ganó la Copa Uefa, y en 1990, volvió a ganar el Scudetto, además de consagrarse en la Supercopa italiana.
Pero ese primer Scudetto, logrado en 1987, en un plantel donde era el único extranjero, le permitió a Maradona pasar a la inmortalidad en Nápoles, la ciudad que lo acogió como si fuera uno más.