Facundo Guerrero, una de las personas que colaboró con José Alperovich en la campaña electoral de 2018/19 afirmó que al principio le había creído a la denunciante cuando le dijeron que ella había renunciado por haber sufrido abusos. “Pero después me di cuenta que estaba todo orquestado”, dijo el testigo ante el juez Juan María Ramos Padilla.
Guerrero actualmente trabaja en el Ministerio Pupilar y de la Defensa, pero antes fue colaborador de Sara Alperovich, la hija del imputado, cuando ella desempeñó el cargo de directora de la Juventud. Guerrero dijo que había mantenido una buena relación con la denunciante, que era quien manejaba la agenda de Alperovich. “Yo nunca vi ninguna cuestión de índole sexual entre ellos. Jamás la vi perturbada”, aseguró.
El testigo recordó que la joven tenía un importante espacio de poder dentro del grupo. “Ella era el filtro para llegar a Alperovich”, advirtió. Guerrero además recordó que la denunciante había mantenido una relación con el ex concejal David Mizrahi y la calificó de “tormentosa”. “Ella me dijo que sufría de maltratos de parte de David. Me di cuenta que era una relación tóxica. Él la criticaba por cómo se vestía”, remarcó. “Ella puede haber estado influenciada por Mizrahi para hacer la denuncia y sacar algún rédito político”, opinó.
Guerrero aseguró que durante un asado, aproximadamente en septiembre de 2019, otro colaborador, Gastón Robles les comentó que la joven había dicho que Alperovich había abusada de ella. “Yo le mandé un mensaje solidarizándome con ella. Empaticé con ella. Yo le dije que quería ayudarla. Le creí en ese momento, pero después no”, dijo. “Yo no vi nada raro entre ellos. Todo lo que pasó me pareció muy orquestado”, remarcó. Y ante una pregunta del juez Ramos Padilla advirtió que Alperovich y el actual diputado Carlos Cisneros tenían una “enemistad manifiesta”.