Ana, Ernesto y Mario son tres hermanos que atraviesan una situación complicada: están hartos de mantener emocional y económicamente a su autoritaria y octogenaria madre, que los manipula con severidad. Cuando la situación familiar se torna insostenible deciden matarla, opción que consideran la única manera de superar el yugo. Pero en ese momento aparece el amor filial que lleva a la confusión de sentimientos. Cada uno, desde una mirada aturdida y particular, oscila entre los dos extremos, conduciendo al espectador hasta un final inesperado.
Este es el argumento de “Los opas (otro drama burgués)”, la comedia negra de Daniel Dalmaroni que volverá hoy a los escenarios locales en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265) desde las 21. La obra se estrenó en la provincia en 2018 y ahora se repone con el mismo elenco y dirección: actúan Liliana Juárez, Josefina Ocaranza, Diego Borges y Álvaro Alderete bajo la conducción de Fernando Godoy Fresneda.
El abordaje del tema de matar al progenitor aparece, a primera vista, como políticamente incorrecto, pero el director pone en duda esa concepción. “No sé qué es lo políticamente correcto; sólo sé que es a conveniencia de los políticos de turno lo que esta bien o mal. En cuanto al teatro, considero que hay arte en tanto se quiera expresar algo desde un punto de vista del artista. Lo correcto o incorrecto es subjetivo; si lo encaramos desde el humor que llevamos a escena, se aparta de los cánones naturales de lo convencional o lo que entendemos como un humor satírico mofándose de la realidad”, afirma.
Godoy disfruta volver a dirigir: “tiene un gusto diferente de lo que me apasiona, que es actuar; he pasado por momentos difíciles que hacen que recuperar este rol sea muy placentero, como todo lo referido al arte escénico que ya hace mas de 30 años vengo desarrollando en forma ininterrumpida, y siempre será un placer el encarar nuevos proyectos, ya sea arriba o abajo del escenario”.
Acerca de esta puesta en particular, admite que es desafiante. “Abordamos temas tabú de la sociedad como la muerte, la enfermedad, la violencia y la discriminación, ayudando a las personas a enfrentar el dolor o el sufrimiento para encontrar aspectos cómicos en situaciones difíciles. Es una obra que satiriza las situaciones y hay que tener cuidado para no caer en el agravio hacia las personas que no compartan la estética”, describe.
“Sigmund Freud habla de matar al padre como algo que debemos hacer psicológicamente para madurar. En el caso de los personajes, necesitan liberarse de lo que los mantiene atrapados. Están cargados de miedos y de frustraciones, culpan a su madre de todos sus males y consideran que matándola escaparan de ellos. Es solo un estorbo al cual deben sacar de su vida miserable, que en sí misma es el drama burgués del que habla el autor”, plantea.
Como en todo planteo teatral, la situación planteada por Dalmaroni en su texto va más allá del entorno familiar en el que se desenvuelve y permite pensar de la sociedad en su conjunto. “Vivimos en una época donde los referentes son efímeros: muchos se disuelven solos o se suicidan (metafóricamente hablando). Hay una gran intolerancia y un echar culpas al otro sin hacerse cargo de lo propio, pero ningún acto de violencia nos llevará a ninguna salvación y cada uno es artífice de su propio destino”, concluye Godoy.