La meningitis es una infección peligrosa del líquido y de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, principalmente causada por infecciones bacterianas o virales, según define la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad puede afectar a personas de cualquier edad y ser mortal o dejar secuelas y daños neurológicos permanentes (hidrocefalia, convulsiones, pérdida de audición, deterioros cognitivos, entre otros problemas). De ahí la importancia de su prevención, diagnóstico y tratamiento oportunos.

“La meningitis puede presentarse de forma viral, es más frecuente al final del verano y en otoño. La causan virus como el enterovirus o los virus de la paperas y del herpes. También puede ser bacteriana. En ciertos pacientes (inmunodeprimidos, oncológicos), puede estar provocada por gérmenes poco comunes como parásitos (toxoplasmosis y amebas) y hongos (como cryptococcus, histoplasma y candida). Estas formas menos usuales de meningitis pueden ser crónicas, pero son prevenibles y no se transmiten de persona a persona”, detalla la doctora Valeria El Haj, directora médica de la obra social nacional Ospedyc.

Los síntomas de la meningitis son: rigidez de nuca, fiebre elevada, fotofobia (rechazo a la luz), confusión, cefalea, convulsiones y vómitos. En Argentina, hay vacunas disponibles, como quíntuple pentavalente, antimeningocócica y conjugada tetravalente.

Medidas preventivas

• Lavarse frecuentemente las manos.

• Protegerse al toser o estornudar.

• No compartir utensilios de cocina, bebidas y cepillos de dientes para prevenir el contagio por saliva y secreciones respiratorias que contienen virus y bacterias, especialmente en ciertos períodos del año.

• Instruir a las personas que conviven con un paciente enfermo sobre el aislamiento y evitar el hacinamiento en lugares pequeños y mal ventilados.

• Mantener un estilo de vida saludable, que incluya descanso adecuado, ejercicio regular y una dieta balanceada.

• Tratar oportunamente cualquier infección que pueda desencadenar meningitis como complicación secundaria.

• Durante el embarazo, cocinar bien las carnes y evitar lácteos no pasteurizados para prevenir infecciones por listeria.

En cuanto al tratamiento de la menintigis, el que es urgente se centra en medidas de sostén para mejorar los signos y síntomas, así como en abordar la causa subyacente de la enfermedad.