A principios de septiembre de 2022, Cardenales sufrió uno de los golpes más duros de su historia. Al haber finalizado octavo entre 10 equipos en el Regional "Julio Coria", le tocó jugar el repechaje llamado Liguilla de Reclasificación, donde fue sorprendido en su propia cancha por el Jockey de Salta, que venía de jugar todo el año en el Ascenso. La derrota por 32-27 (ajustada, pero derrota al fin) condenó al club "purpurado" (uno de los cuatro fundadores de la Unión Tucumana) a perder la categoría y tener que jugar en 2023 en el Regional de Ascenso, una divisional en la que la brecha de nivel con los equipos de Primera sigue siendo demasiado amplia. Así como le había tocado en 2022 a Lince, su vecino de calle, Cardenales tuvo un largo peregrinar por la segunda división, con todo lo que ello implica: pérdida de público y de ingresos en boletería en los partidos, pérdida de valor comercial para los sponsors, pérdida de motivación para los jugadores y de poder de captación y retención, y todo lo que deriva de jugar en la B para un club históricamente acostumbrado al roce de la máxima división.
Cabía esperar entonces que "Nales" sintiera el impacto de volver a enfrentar a los mejores del NOA en el Anual Tucumano. Sin embargo, hasta aquí su rendimiento prácticamente no ha mostrado secuelas de su paso por el rugby de Ascenso. Tras caer en el debut ajustadamente a manos de Tucumán Rugby (35-30), el equipo que tiene como head coach a Daniel Véliz hilvanó cuatro victorias consecutivas (Los Tarcos, Jockey Club, Corsarios y Lince) que en la fecha 5 lo llevaron a ser escolta del imparable Lawn Tennis. Y aunque en las últimas dos jornadas sufrió dos derrotas (vs Lawn Tennis y Natación) que lo retrasaron al quinto puesto, fuera de la zona de clasificación (entran los primeros cuatro), el "purpurado" sigue dependiendo de sí mismo para entrar en los playoffs. Esto porque este sábado, en la octava y penúltima fecha de la etapa regular, recibirá a Huirapuca, del que lo separan sólo tres puntos y que hoy por hoy estaría entrando a semifinales. Es decir: en caso de vencer a los de Concepción, Cardenales volverá a estar entre los cuatro primeros y así llegará a la última fecha, versus Universitario.
"Creo que la clave estuvo confiar en el proceso. Saber que se viene haciendo un buen trabajo, y no solamente en el plantel superior, sino en toda la franja de rugby del club. Desde infantiles, con entrenadores muy comprometidos, hasta juveniles, con staffs que son para sacarse el sombrero realmente", analizó Véliz, quien atraviesa su tercer año en el staff de Primera. "Ese voto de confianza por parte de los dirigentes es muy importante. No sólo para nosotros, sino para todo el rugby del club. Tenemos que aprender eso: a confiar en los procesos, a trabajar a mediano y largo plazo, sabiendo que el camino no es fácil. Ya en su momento cumplimos el objetivo de volver a Primera; pasamos de eso a estar preocupados en cómo vamos a remontar este pequeño traspié que tuvimos el fin de semana para clasificarnos a semifinales. Estar entre los cuatro primeros ya es un objetivo en serio", aclaró el head coach.
Cuando Véliz habla de "pequeño traspié", se refiere a la derrota sufrida en cancha de Natación, en un partido cuyo primer tiempo había sido netamenta favorable a "Nales", reflejado en un marcador parcial de 22-6. Sin embargo, el "purpurado" no pudo sostener el ritmo y la firmeza, y terminó concediendo una remontada que le costó su lugar en el top 4. Y buena parte de esa reversión de Natación fue por sus forwards y su dominio en el scrum, formación con la que Cardenales viene teniendo algunos problemas. "Tenemos un lindo número de primeras líneas", aseguró Véliz. "Son en total 17, aunque uno está lesionado en el hombro. En parte, el problema viene porque hemos tenido muchos chicos con dengue, y eso no los deja del todo bien a los que se recuperan. Pasamos como tres semanas sin los primeras líneas que venían jugando y que le estaban dando cierto nivel al scrum, algo que nos permitía encarar algunos partidos de otra forma. Además, los chicos que hoy están jugando en esos puestos son chicos, de entre 20 y 23 años. Por eso digo que hay que tenerles paciencia y confiar en el trabajo que se está haciendo", justificó.
En ese sentido, el trabajo encabezado por Fernando Brito cuenta con todo su apoyo. "Soy un convencido de que ese trabajo es espectacular y que va a dar sus frutos. Quizás no seamos nosotros el staff que llegue a sacar provecho de ese trabajo de scrum, pero es igual porque nosotros no trabajamos para nosotros, sino para Cardenales. Si no nos toca disfrutar de esos frutos como entrenadores, lo haremos desde la tribuna o el lugar donde nos toque estar", cerró Véliz.