“El trayecto de 10 cuadras que me costaba $800 hace dos semanas, hoy me cuesta $1.700”, comenta Beatriz González, mientras que Ana Sosa empezó a estudiar los recorridos de colectivos para llegar a tiempo a su trabajo de las 7 de la mañana, sin perder tanto tiempo de sueño. “El taxi era una facilidad, a la que no voy a volver por el momento”, confiesa.

Son solo dos testimonios de muchos que se repiten en la calle tras el aumento de tarifas de este transporte público, que resulta accesible a cada vez menos personas. Por el dinero. Por las alternativas más económicas. Por la suba de un 85%.

Desde el 9 de abril, la bajada de bandera en la capital tiene un valor de $600 y la ficha cada 100 metros cuesta $60. “Los viajes han bajado en un 50%”, comentan con preocupación los taxistas, que en filas que se volvieron larguísimas en los últimos días, esperan que alguien requiera sus servicios.

Palabra de trabajadores

“Viene muy baja la cantidad de viajes porque la tarifa se volvió alta”, dice respecto de la situación el taxista Gastón Rodríguez, mientras que su colega Lucas Martínez indica: “aunque siempre hay menos viajes después de los aumentos, esta vez el impacto fue mayor”.

“A la mañana quizás se trabaja mejor y por la tarde es cuestión de suerte”, describe Martínez sobre el contexto actual, mientras aguarda en una fila de 10 autos estacionados que están a la espera de clientes. Los demás conductores coinciden, pero prefieren no dar nombres.

“Ya no hay viajes de 1.000 pesos, ahora cuestan 3.000 o 4.000. La mayoría de la gente no puede pagar eso, entonces volvieron a los colectivos”, agrega Rodríguez y apunta: “los titulares de los autos son los que más se favorecen con el aumento, porque suben el alquiler del vehículo, pero los choferes no, porque tenemos que aumentar la carga horaria para llegar a hacer alguna diferencia que nos dé ganancia”.

Por otra parte, ambos taxistas consideran que otro factor importante en la baja demanda de sus servicios responde a la posibilidad de elegir Uber. “Tienen promociones y en algunos casos los viajes son más baratos”, remarcan. “Tenemos la fe de que en general va a mejorar todo, pero está difícil”, cierra Lucas.

Sobre las aplicaciones

El secretario de la Federación de Conductores de Taxis, Julio Rodríguez, coincide con los choferes consultados en que se perdió la mitad de los viajes tras el aumento. No obstante, siente que los responsable del 45% de esas pérdidas son las aplicaciones como Uber y Cabify.

“Sufrimos la ilegalidad y la inacción de parte del ejecutivo municipal, que solo controla a los taxis. La ordenanza 3.713, en su artículo 85, es clara cuando dice que si hay un vehículo que transporta pasajeros y no tiene el correspondiente permiso otorgado por la municipalidad, es un auto ilegal”, explica.

“Todo eso incide muchísimo en la rentabilidad del sector y es un reclamos que ya elevamos desde el gobierno de (el ex intendente) Germán Alfaro”, agrega.

Acusaciones

Como lo indica Rodríguez, la disputa con estas apps ya lleva un tiempo y mientras se presentan proyectos a favor y en contra, en esta oportunidad el referente de conductores apuntó al concejal Carlos Arnedo, que en los últimos días grabó un video para comparar ambas servicios y asegurar que pueden coexistir.

“Lo que él hace es una apología del delito y deja clara la ilegalidad que existe en San Miguel de Tucumán, porque todos sabemos que el único medio de transporte habilitado en auto es el taxi”, remarca y sentencia: “no hay ninguno otro”. Cabe señalar que LA GACETA buscó al edil para que diera su punto de vista, pero este se excusó de hacer declaraciones diciendo que tenía mucho trabajo.

“Al edil se le olvida que nosotros tributamos y que con nuestro tributo le pagamos el sueldo, por eso vamos a presentar una denuncia contra él, y mandar escritos a quienes correspondan para que entiendan que no se puede promocionar una oferta cuando los parámetros legales no existen”, continúa Rodríguez.

“Lo que nos está matando es la ilegalidad. Nos quita nuestro trabajo diario y eso hace que el impacto sea mayor. No hay que olvidarse que no todas las ofertas son legales”, precisa.

La posición de Uber

Conductores de las aplicaciones como Uber y Cabify también hablaron sobre estas últimas dos semanas de trabajo, aunque afirman que no ha sido tanto el incremento en su demanda.

“Desde que aumentó la tarifa de taxis la gente nos busca como alternativa, y sí se está trabajando un poco mejor, pero el cambio tampoco ha sido demasiado significativo”, opinó un conductor, que prefirió no dar su nombre.

Hay que mencionar que el costo del servicio depende de un algoritmo y no está ligado a incrementos de otras propuestas. “Actualmente nuestra tarifa base está en $320 aproximadamente, pero sube cuando hay muchos pedidos”, detalla el chofer.

EN BAJA. Los viajes en los últimos días son menos frecuentes para taxistas.

Otro chofer de Uber, agrega: “no hace una gran diferencia y hoy se está viviendo al día. Lo ganado se usa para pagar combustible y para gastos diarios. Si querés tener una verdadera ganancia, tenés que trabajar siete días de la semana, cerca de 12 horas”.

Reglas claras

Al primer conductor consultado también le pareció importante aclarar que ellos no están en contra de la regularización de la actividad, y que incluso desean y trabajan para que los legisladores aprueben algunos proyectos presentados. “No tenemos inconveniente en abonar algún canon o inspección para poder circular y que estemos empadronados y más tranquilos”, manifiesta.

Mientras tanto, los usuarios barajan opciones, hacen números y sólo toman taxis ante emergencias, porque como dice Ana: “Ya me es imposible pagarlo de lunes a viernes para llegar a mis actividades”. (Producción periodística: Ariane Armas)