Desde 2014 se lleva a cabo el Café Literario del Virla, organizado en cooperación entre la Facultad de Filosofía y Letras y la Secretaría de Extensión Universitaria. En este marco se homenajeó a poetas consagrados de Tucumán: Juan E. González, Arturo Álvarez Sosa, Inés Aráoz, Rogelio Ramos Signes, Ángel Leiva y muchos más. Participaron poetas argentinos de distintas generaciones (Diana Bellessi, Mercedes Roffé, Silvio Mattoni, Anahí Mallol, Carlos J. Aldazábal, Susana Cabuchi, Fabián Iriarte, Alejandro Méndez, Julio Salgado, Lisandro Gonzalez, Carlos Battilana, Patricio Foglia, entre otros). Durante la pandemia, gracias a la modalidad virtual, se amplió la posibilidad de difundir una diversidad de autores y obras poéticas.
Este año, el ciclo cumple 10 años, por eso dialogamos con su coordinador, Guillermo Siles, quien es profesor titular de Literatura Argentina II en la UNT, Doctor en Letras por la UNT, posdoctorado en Ciencias Humanas y Sociales (UBA).
Diez años de un ciclo no es nada sencillo. ¿Cómo se originó y por qué crees que se sostiene?
Es cierto, no es sencillo. Se requiere disciplina, compromiso y amor por lo que haces junto a los otros. Es apasionante sumergirse en esta experiencia poética, reunirse, compartir, ser parte de una singular comunidad: "la república de los poetas". Además, recibimos el constante apoyo de artistas y amigos que nos honran con su generosa participación. El Café Literario existe desde la década de 1980. En 2014, cuando Mercedes Leal asume como decana de la Facultad de Filosofía y Letras, me ofrece coordinar el ciclo para responder al pedido del secretario de Extensión Universitaria, Marcelo Mirkin, de que alguien de Filo se hiciera cargo de las actividades del café. Se trata de un proyecto colectivo que no podría sostenerse si no estuviéramos dentro de una institución como la universidad pública, que tiene la decisión política de fomentar las actividades de extensión.
No todas las universidades tienen una relación tan estrecha con los creadores. ¿Esto es una gran virtud de la UNT?
Sí, es una gran virtud y una fortaleza. La relación con los creadores configura una prestigiosa tradición de nuestra universidad, y es producto de la formación de profesionales y artistas. Por un lado, están quienes estudiaron disciplinas artísticas específicas o aquellos que se graduaron en otras carreras y son físicos, psicólogos, abogados o profesores, a la vez, que poetas, músicos o pintores. Por último, existen casos de distinguidos artistas que hicieron algún trayecto en nuestras aulas, y es algo que suelen resaltar como parte de su formación. Creo que esto es así porque una persona que ha estudiado en la universidad alguna carrera, aunque no haya obtenido un título, nunca vuelve a ser la misma a partir de esa experiencia.
Cuéntanos un poco de los invitados que tendrás en el inicio de este décimo ciclo.
Esta edición está dedicada a los poetas tucumanos. Se iniciará con lecturas de Pablo Romero y Patricio Schifitto, que son dos excelentes jóvenes poetas. Patricio es graduado en Letras y Pablo actualmente es estudiante de la misma carrera, editor y traductor. La editorial Pre-Textos de Valencia publicó su último libro: La jaula del hambre (2024), que es bellísimo. A su vez, él dirige el sello Aguacero que editó el primer libro de Patricio: Intemperie misma (2024). Contaremos además con una intervención musical de un artista de primer nivel como Martín Páez de la Torre. Entre las actividades de esa tarde está previsto el lanzamiento de la segunda edición de la antología Poetas de Tucumán 1960-1990, y dejaremos el micrófono abierto para las lecturas de sus integrantes. Ya se han comprometido a participar Natalia Zanotta, Mario Melnik, Gabriel Gómez Saavedra, Sylvina Bach, Zaida Kassab, Federico Soler, Daniel Ocaranza, Salustiano Alvarado, entre otros. Son 34 las voces poéticas seleccionadas para el libro que forma parte de una colección de escritores tucumanos que publica Humanitas, el sello editorial de Filosofía y Letras. El encuentro será un lujo, ya que reunirá a artistas y figuras consagradas de nuestro medio.
En un contexto donde todo parece girar en torno al dinero y hay un ataque hacia la cultura desde sectores de poder a nivel nacional, ¿qué hace tan urgente sentarse a hablar de poesía?
La poesía en sí misma, como la canción, el teatro y el arte en general, es urgente una y otra vez. Además de sentarnos a hablar de nuestras expresiones artísticas, hay que seguir produciendo, visibilizando y apoyando a nuestros artistas, a los científicos, a los editores independientes, al trabajo incansable que realizan las universidades y otras instituciones o grupos concentrados en actividades culturales. No se pueden pensar los pueblos, las sociedades, las naciones sin uno de sus componentes esenciales: la cultura. Para ello se necesita destinar presupuesto e invertir dinero para mejorar la calidad de vida de una sociedad. La poesía se caracteriza por su relativa marginalidad, por el hecho de ser insubordinada, refractaria a las leyes del mercado y rebelde a todo lo regimentado, incluso a las propias reglas del lenguaje. Por estas razones, la poesía no acata, no resiste: ataca. En esta décima edición, la belleza del arte y de la poesía atacan de nuevo con la idea de interpelar a la vulgaridad, de transformar siquiera por unos instantes la dura realidad que nos toca vivir. Los esperamos en la sala Osvaldo Fasolo del Centro Cultural Virla, el sábado 20, a las 19.