Pese a no tener un ecosistema selvático, la Liga Tucumana está repleta de “animales” entre los que destacan los “leones”. Deportivo Marapa, Talleres de Tafí Viejo, Atlético Concepción y Unión Aconquija, Santa Lucía, Santa Rosa son los clubes que adoptan como apodo el nombre de esta imponente fiera. Pero… ¿de dónde viene está conexión con el “rey de la selva”?
Cronológicamente, el primero en adoptarlo fue Deportivo Marapa que este año cumplió 95 años. Su denominación responde al apodo con el que se conocía al fundador del club: José Graciano Sortheix, quien en 1928 (año de la fundación del club) asumiría la gobernación de la provincia. “Cuando la gente se enteró de ese hecho de gran trascendencia para Alberdi, empezaron a apodarlo como el “león del sur”. De ahí, decantó el apodo al club”, comentó Diego Plaza, periodista e historiador del club alberdiano.
Atlético Concepción tiene una historia distinta. En 1965, mientras se disputaba el torneo organizado por la Federación Tucumana de Fútbol, un vecino del club le dio origen al mote por el que hoy son reconocidos. “En ese año, Cipriano Britos que era un vecino de la zona y directivo de la Compañía Azucarera Concepción que manejaba el club, había ido a presenciar un partido. Tal era la euforia que cargaba por el estilo de juego que habían mostrado que exclamó: ‘¡jugando, éstos son unos leones!’. De ahí, le quedaron los ‘leones’”, explicó Oscar Zerda, historiador del club, antes de ir más a fondo en la cuestión. “Los seguidores del equipo eran todos chicos que venían de Alberdi, San Antonio del Bajo, de El Corte de Alderetes y aquellos que eran de otras provincias que trabajaban en la compañía”.
En el oeste de la provincia, Talleres es conocido como el “león” taficeño. Similar al caso anterior, el mote nació a partir de la “garra” que los jugadores ponían dentro de la cancha. “Se le dice así por el estilo de juego del equipo; por nunca darse por vencido, por luchar hasta el final, por ser guerrero en la cancha. Por lo de rugir fuerte sin importar el contexto. Se le dice así por la garra que pone el equipo”, indicó Germán Jiménez, jefe de prensa del club. Como dato de color, de los equipos mencionados, Talleres es el único que tiene una camiseta con el color que caracteriza al animal.
Los yerbabuenenses aseguran que la elección del apodo de Unión Aconquija responde a resultados científicos. “Tras realizar una investigación, el club se ubicó en una zona que era parecido a una selva lo que se conocía como Cordón del Aconquija. Entonces, elegimos ese apodo porque sentíamos que nos identificaba”, puntualizaron Andrés Gómez y Eugenio Medina, quienes explicaron el origen de esta denominación.
Monteros también tiene a sus “leones”: Santa Rosa y Santa Lucía son dos equipos que adoptaron ese apodo. En el caso de los primeros, la denominación vino del nombre de la comuna, León Rougés, sitio en el que se ubica el club. Los segundos, en tanto, no tienen en claro el motivo por el que comenzaron a llamarlos de esa manera.
Un cambalache de apodos de la Liga Tucumana
Más allá de los mencionados, las curiosidades se extienden a otros equipos de la Liga con apodos de animales exóticos para la geografía tucumana. Entre ellos se destaca Graneros que es conocido como los “cocodrilos”.
Si bien Tucumán no tiene ninguna relación con el animal, Germán René Flores explicó que se debió a que no encontraron el modo de definir al ejemplar macho de la iguana. “A nosotros el intendente nos había dicho que busquemos un animal que nos representara. Vimos que había Corzuelas, Serpientes, pero ninguno de esos nos convencía; hasta que vimos a la iguana. Empezamos a buscar el nombre del macho porque era el que nos atraía pero no lo encontramos. Entonces, dije: ‘Muchachos, lo más parecido a una iguana es un cocodrilo’. Todo se dio cuando pintábamos el primer trapo del Social y Deportivo Graneros”, dijo.
Unión Simoca y Alto Verde también tienen una historia compartida ya que en algún punto de su historia formaron un sólo club. “Antes, en Simoca, sólo habían dos equipos: San Bernardo y Alto Verde. Ambos habían decidido unificarse y crear a Unión. Pero después de una serie de problemas terminaron separándose y se refundó Alto Verde”, explicó Ariel Brito. “A Unión le empezaron a decir ‘merengues’ por el color típico de su indumentaria; mientras que ‘lagunero’ surgió porque la cancha de Alto Verde se hizo cerca de una laguna”, añadió.
Por su parte, Villa Mitre tiene un apodo que responde a la infraestructura del club. “Nos dicen el ‘gigante’ porque en la década del ‘70 se hizo un tinglado de 4.000 metros cuadrados, que era el más grande del noroeste. La obra estaba destinada a eventos deportivos, sociales y culturales”, puntualizó Daniel Díaz, presidente de la institución taficeña.
El alcohol tampoco podía estar exento de la historia del fútbol tucumano. Así, San Antonio adoptó su mote debido a la denominación de un licor. “Hace años, había dos tipos de licores: Cubana Sello Verde y Cubana Sello Rojo. Dos gustos distintos de la misma etiqueta. Así, en 1954, en medio de un partido de la vieja Asociación Cultural del Fútbol, un hincha con algunas copas encima empezó a cantar: ‘sello rojo, sello rojo’. Desde ese día, en cada presentación se repitió ese grito”, comentó Ramón Jiménez, que tiene 80 años y es fanático del club de Ranchillos.
Pese a tener una rica historia con distintos puntos a considerar, el apodo de San José responde a la profesión de los hinchas que viven en las cercanías de su estadio. “Se los conoce como ‘Panceros’ en referencia a que en la zona había mucha gente que se dedicaba a la venta de achuras. Entre ellas, se destacó la panza, también conocida como mondongo”, explicó ‘Beto’ Martínez en un podcast compartido en las redes sociales.
De esta manera, el mundo de la Liga Tucumana sigue teniendo miles de anécdotas que sorprenden a propios y extraños.