Lo que pareció en principio una broma, se convirtió en un producto insignia para Google. El 1 de abril de 2004, la empresa anunció el nacimiento de Gmail, con un manto de sospecha sobre la capacidad que presumía esta nueva plataforma de correos electrónicos. Según la compañía, tendría un giga de almacenamiento, lo que representaba 500 veces más que Hotmail, el producto de Microsoft que había sido dominante en ese momento. Todos sospecharon del anuncio porque se publicó justamente el día que en Estados Unidos tiene el equivalente Día de los Inocentes, jornada en la que se suelen hacer bromas y publicar noticias falsas.

Sin embargo, el anuncio no tenía nada de falso y 20 años después Gmail se convirtió en el webmail más usado del mundo. Según cuenta la empresa en su blog de productos, la idea surgió de una metodología que en los primeros años de Google funcionó como modelo de innovación. Los empleados podían destinar el veinte por ciento de su tiempo de trabajo a proyectos que podían generar impacto en la industria tecnológica. Si las propuestas eran validadas por los directivos, podían tener el apoyo corporativo y convertirse en futuros lanzamientos.

Su creador, Paul Buchheit, integró los primeros grupos de ingenieros que comenzaron a trabajar para Google y en agosto de 2001 se le asignó la tarea de mejorar la propuesta de correos electrónicos primero para los empleados de la empresa y luego llevarla al público masivo. Según Larry Page, cofundador de Google, los usuarios se quejaban de los servicios de correos porque estaban todo el tiempo archivando mensajes o tratando de encontrarlos. Por eso, le encargaron a Buchheit la tarea de mejorar dicha experiencia.

Buchheit encontró en el corazón de Google la solución. Propuso incorporar el motor de búsqueda en la plataforma de correos, un elemento que ninguna plataforma de la competencia podía tener. Era como tener tu propio Google para encontrar información privada. A dicha funcionalidad se incorporó otra que fue clave para que Gmail fuese un éxito: darle al usuario una capacidad de almacenamiento casi ilimitada, la cual crecería a medida que su volumen de correos se incrementara.

Fue así que lanzaron el producto primero a través de invitaciones. Solo un usuario de Gmail podía darte acceso a la plataforma y tener un correo con “@gmail.com” se convirtió en un preciado bien. Las compañías que habían dominado el mercado no pudieron acomodarse a la nueva demanda de los usuarios por mucho tiempo y cuando lo hicieron, sus usuarios ya los habían abandonado.

Hoy se puede tener una cuenta gratuita hasta 15 gigas y quienes nos hicimos cuentas en el 2004 seguramente ya alcanzamos el 90 por ciento de su capacidad. Por eso, ahí Google encontró también un negocio y ofrece planes de 100 gigas por dos dólares mensuales.

Empatía

La creación de Gmail fue un ejemplo de empatía. Google entendió lo que los usuarios necesitaban, le dio tiempo a sus ingenieros para crearlo y lo ofreció al mundo de forma ilimitada. Hoy cuenta con más de dos mil millones de usuarios activos en todo el mundo y además de ser una plataforma de correos, funciona también como una bitácora personal. Quien quiera recordar un fragmento de su pasado puede viajar hasta los primeros correos recibidos en 2004. Allí encontrará conversaciones, contactos, intereses que seguramente cambiaron a lo largo de 20 años. Muy pocos borraron parte de esas comunicaciones y está al alcance de unos cuantos clicks. Por eso, Gmail también es un archivo, que a diferencia de la memoria humana, conserva registros intactos de lo que alguna vez fuimos e hicimos.