Viene mal. Muy mal. Hay excedentes importantes de azúcar que comprometen seriamente a los mercados actuales y de futuro. Eso explica la fenomenal caída de los precios del azúcar que hoy a valores nominales son la mitad de los de septiembre/octubre pasado. Si se suma a ello una inflación desde entonces no menor al 100% la caída resulta estrepitosa. Son valores de quebranto. Además el país se está haciendo una fiesta con los exiguos precios. Hay cadenas de supermercados que televisivamente muestran: “Azúcar precio actual 1.250-Oferta: 750”. Se suma a lo precedente que hay estimaciones de que solo Tucumán tendría 17/ 18 millones de toneladas de caña a moler, cifra sustancialmente superior a la de los ciclos pasados. También el carry-over al comienzo de la zafra registrará importantes excedentes de arrastre. Todo lleva a una inexorable sobre oferta. Una altísima producción nacional no se verá menguada ni con la esperada y bienvenida ampliación del bioetanol ni con una eventual helada que podrá venir o no y que supone jugar “a los dados” con la naturaleza. Hay que buscar soluciones y el pasado indica que ello es posible si las cosas se hacen bien y a tiempo. A problemas concretos solución concreta. El camino no es otro que para que antes del 15 de mayo entre todos: Gobierno, industriales, cañeros y entidades establezcan un concreto mecanismo de agresivas exportaciones cerradas en no menos de 500/600.000 toneladas. Por esa vía los mercados volverán a la normalidad. Incluso dejar previstas adicionales mayores cantidades si las circunstancias lo exigen. Hay que recuperar el perdido mercado chileno al cual destinábamos hace pocos años 240.000 toneladas y que el año pasado bajamos a 80.000. Idem recuperar Uruguay. Como ello solo no alcanza deberá destinarse al mercado mundial lo necesario hasta llegar a la anhelada cifra de exportación total. Si bien los mercados número 11 de Nueva York y 5 de Londres no están hoy de la mejor manera es obvio que más vale asumir alguna pérdida en las exportaciones para salvaguardar el universo de precios de una producción nacional que puede llegar a 2,5 millones de toneladas. Si actuamos con diligencia y prontitud, rápido se alcanzará el anhelado equilibrio de lo que se comercialice y volverá “la pax azucarera”.

Horacio Ibarreche

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