Hacer pesar la localía es uno de los mantras de todos los equipos de la Primera Nacional. En un partido entre protagonistas, San Martín logró resolver gran parte de los problemas que aquejan su funcionamiento en los últimos partidos. Pero, ¿cuáles fueron los cambios que realizó Diego Flores para conseguir la victoria frente a Arsenal?
A priori, el primer acierto del entrenador fue el cambio de esquema. Tras cuatro partidos en los que inició con cinco defensores, “Traductor” apostó por el 4-1-4-1. La influencia del dibujo táctico fue fundamental. Al quitar un defensor, el “santo” sumó un hombre al ataque y logró generar una mayor peligrosidad a la hora de atacar.
El punto más claro de este cambio de esquema fue en el tándem creativo de Juan Cuevas e Iván Molinas. Es más, el misionero aportó una chispa de explosividad y vertiginosidad que el equipo adeudaba en los últimos partidos. Tal fue así que San Martín se mostró como un equipo con mayor fluidez y profundidad en los últimos metros. Así, los dirigidos por Flores tuvieron el dominio del partido, con oportunidades de todo tipo.
Quien se sintió más cómodo por esta modificación fue Junior Arias. El delantero fue el punto más alto del partido. No sólo por la precisión en los últimos metros para marcar los dos goles, sino que se mostró más participativo y cómodo con el nuevo esquema.
Tampoco se puede pasar por alto que Tobías Kohan realizó un esquema defensivo con el que casi no hizo daño. Es más, el “arse” no fue un equipo propositivo y protagonista. Al contrario, se limitó a esperar algún error del “santo” que le permitió inclinar la ventaja; hecho que quedó plasmado con el remate de Nicolás Domingo, que hizo temblar el travesaño de Darío Sand. No obstante, el gol de Arias desinfló el ímpetu del visitante.
El cambio de dibujo táctico también benefició al juego de Nahuel Banegas. Al tener la espalda resguardada por Guillermo Ferracuti, el ex Central Córdoba aprovechó su velocidad e hizo la diferencia por el sector izquierdo. Es más, tuvo varias ocasiones de peligro que podrían haber incrementado la diferencia.
Una situación similar se vivió por la banda derecha. La conexión entre Gonzalo Bettini-Lautaro Fedele está más aceitada y también hacen su aporte a la ofensiva. Incluso, el extremo aprovechó su desequilibrio y le brindó la asistencia al uruguayo para el segundo tanto.
Con el objetivo de refrescar las piezas sobre el final del partido, Flores apostó al 4-4-2 con Nicolás Moreno y Gonzalo Klusener como referentes ofensivos. De este modo, “Chuny” tuvo su premio y dio la puntada final para el resultado.
La victoria hizo que San Martín logré un triunfo auspicioso. Sí, le ganó a uno de los candidatos, encontró soluciones en cada una de sus líneas y no sintió el peso de las bajas. Ahora, el reto será mantener la regularidad y la constancia en el torneo.