De acuerdo a un estudio, la alimentación y la longevidad son correlativas. A mejores hábitos alimenticios, mayor esperanza (y calidad) de vida. Comer mejor nos hace vivir más y lo más conveniente de todo este descubrimiento es que nunca es tarde para aumentar más años a nuestra vida. Es posible alargar nuestro tiempo de vida incluso cuando ya tenemos 40 años y hemos atravesado años sin realizar una dieta asociada a la longevidad.

Nunca es tarde para mejorar nuestra calidad de vida e incluso los estudios científicos avalan esta afirmación que pareciera un tanto genérica. De acuerdo a una investigación publicada en la revista Nature Food, los cambios de hábitos alimenticios inclusive a avanzada edad pueden añadir años a nuestro tiempo de vida.

Un estudio alentador: cambiar nuestros hábitos a los 40 años puede alargar nuestra vida

Para probar sus hipótesis, los investigadores utilizaron datos de 467.354 participantes del Biobanco de Reino Unido, una base de datos biomédica a gran escala y un recurso de investigación que contiene datos genéticos e información de salud sobre medio millón de personas del Reino Unido. Estos desarrollaron un modelo para estimar cómo los cambios en el estilo de vida afectan la esperanza de vida de una persona.

El modelo encontró que las personas de 40 años que cambiaron su dieta poco saludable por una dieta asociada a la longevidad podrían agregar alrededor de 10 años a su esperanza de vida. El cambio se asoció con 10,8 años adicionales para las mujeres y 10,4 años adicionales para los hombres.

E incluso los datos son alentadores hasta para edades incluso más avanzadas que la cuarta década. "El aumento de la esperanza de vida es menor cuanto mayor es el retraso en el inicio de las mejoras dietéticas, pero incluso para aquellos que inician el cambio en la dieta a los 70 años, el aumento de la esperanza de vida es aproximadamente la mitad de lo logrado por los adultos de 40 años". escribieron los autores.

La dieta anti - age: ¿cuáles son los alimentos que nos hacen más longevos?

Una dieta asociada a la longevidad tiene tres fundamentos principales. De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Bergen (Noruega), y la Universidad de Glasgow (Escocia), los cereales integrales, las nueces y las frutas son los alimentos que mayor diferencia positiva marcan en la esperanza de vida.

Según el análisis de los investigadores, una dieta asociada a la longevidad consistía en una ingesta elevada de leche y lácteos, verduras, frutos secos y legumbres, y una ingesta moderada de cereales integrales, frutas, pescado y carnes blancas. Mientras que los alimentos más estrechamente relacionados a la mortalidad se relacionaron a las bebidas azucaradas y la carne procesada.