Atlético Tucumán contrató a Walter Aciar, reconocido asesor de campos de juegos para que mejore las canchas del José Fierro, de San Jorge y del complejo José Salmoiraghi. El especialista de 46 años estuvo este lunes y martes haciendo un relevamiento y el próximo lunes comenzará con los trabajos de resiembra, el objetivo es que en 21 días las canchas estén 10 puntos.

Que el campo de juego esté en buen estado es una obligación para los clubes de fútbol, aún cuando no todos la cumplan. Quienes habitualmente más se preocupan por este aspecto son los denominados grandes que, de alguna manera, defienden su prestigio también desde ese lado. Claro, para optimizar el estado del campo, las instituciones utilizan diferentes métodos.

Uno de los mejores campos de juego a nivel local es el de River. Dentro de las numerosas mejoras que el “millonario” realizó en su estadio en los últimos años, se contempló justamente la del césped. Allí se decidió implementar un campo híbrido, con un 95% de césped natural y un 5% de sintético, compuesto por fibras de polietileno. Esta modalidad, lógicamente, no la inventó River, sino que ya se venía utilizando en varios clubes de Europa.

Pero además del tipo de césped, también tiene que ver el cuidado que se le da. En River, cuentan con un sistema de aireación que da la posibilidad tanto de enfriar como de calentar el césped.

Incluso, en el “millonario”, se empezaron a utilizar gavilanes para ahuyentar a las palomas que se comían las semillas. De esa manera, la resiembra no entrega problemas.

En Europa, con mayores elementos tecnológicos, se utilizan diferentes técnicas para el cuidado del césped. Por ejemplo, en España, Real Madrid luego de tener algunos problemas que lo llevaron a cambiar varias veces el suelo del Santiago Bernabéu, implementó un sistema retráctil que le permite guardar el césped en un hipogeo (una bóveda subterránea donde lo somete a distintos cuidados). Allí, por ejemplo, recibe 16 horas de luz por día, variando la intensidad para simular el día y la noche. Además, se lo riega una o dos veces al día, se le inyecta dióxido de carbono y cuando se le pasan máquinas para mantenimiento, los empleados se protegen el calzado para evitar infectar el césped.

También en España, aunque ya en el resto de los equipos, se debe estar atento a la injerencia del clima en el estado del campo. En general, los estadios están preparados para cualquier ocasión. Para enfrentar el crudo frío, por ejemplo, se prepara un plan de regeneración que comienza en el verano, y se apela a tácticas como el pinchado y cepillado del césped para airearlo. También se lo abona con fósforo y potasio, para hacerlo más resistente, y se utilizan mantas y lámparas de calor cuando empiezan las bajas temperaturas.

Otro fenómeno climático a enfrentar son las lluvias. Para eso, los campos de juego cuentan con un subsuelo muy poroso, que tiene mucha arena para mejorar la filtración; también se usan aireadoras y se realizan agujeros para aumentar la capacidad de drenaje.

Está claro que en la mayoría de los clubes argentinos es casi imposible implementar ese tipo de sistemas. Sin embargo, sí está claro que el cuidado del campo de juego debe ser una prioridad.