Falta de repelentes, guardias llenas de pacientes doloridos, vecinos que reclaman fumigaciones, olas de calor y lluvias que favorecen la proliferación de mosquitos. En medio de la epidemia de dengue, que ya suma más de 15.000 casos en Tucumán y que está poniendo a prueba el sistema de salud, la pregunta que preocupa a muchos tucumanos es: ¿cuánto falta para que termine el riesgo de contagios de la enfermedad que transmite el Aedes aegypti?
Llegó el otoño y bajaron un poco las temperaturas. Sin embargo, según los expertos, todavía estamos muy lejos de un escenario propicio para que la curva de casos de dengue empiece a bajar. De acuerdo a los datos históricos, el pico de contagios siempre se produjo entre mediados de abril y principios de mayo. Y durante junio también se registraron una buena cantidad de infectados en nuestra provincia. Este año, además, la realidad parecería ser aún un poco más compleja.
En una entrevista con la investigadora Giselle Rodríguez -perteneciente al Instituto Superior de Entomología (Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT) y al Instituto Nacional de Medicina Tropical (Sede Tucumán)- nos da detalles sobre cómo podría avanzar este año la epidemia en nuestra provincia.
- En general, ¿cuándo comienza a ceder el peligro de dengue?
- El riesgo comienza a desaparecer a medida que se acerca el invierno, con tiempo frío y seco. El descenso de la temperatura (menos de 12 grados en forma sostenida) y las escasas precipitaciones afectan el ciclo de vida de Aedes aegypti, matando la mayor parte de los estados del ciclo de vida como lo son adultos, larvas y pupas, no así a los huevos que pueden perdurar por períodos superiores a un año, en estado de latencia, en los recipientes en que fueron colocados y que son los encargados de reiniciar el ciclo cuando las condiciones meteorológicas se restituyen como óptimas para continuar con su forma de vida. Además, las bajas temperaturas producen que las personas cubran sus cuerpos con vestimenta larga y gruesa, impidiendo que los mosquitos puedan alimentarse fácilmente.
- ¿Corremos el riesgo de que nos pase lo mismo que en el NEA, que nunca se cortó la transmisión?
- Todavía las bajas temperaturas nos ayudan a cortar la transmisión. Sin embargo, la temporada pasada en nuestra provincia se registró una supervivencia de mosquitos más perdurable en el tiempo, registrándose el ciclo reproductivo hasta el mes de junio aproximadamente, cuando en general solía cortarse en mayo. Esto puede deberse a un efecto de tropicalización que produce un cambio en el clima producido por el calentamiento global. Habrá que esperar un poco todavía para ver más adelante cómo se comporta el tiempo este otoño, y si el efecto de tropicalización impacta en nuestra región prolongando la permanencia del vector.
- Según los estudios hechos en Tucumán, ¿cómo es la vida del Aedes aegypti? ¿En qué lugares se lo encuentra más?
- Aedes aegypti es un mosquito domiciliario que vive dentro y alrededores de los ambientes humanos, principalmente casas, pero también podemos encontrarlos en edificaciones donde las personas concurren a trabajar, sitios de recreación, centros de salud, cementerios, etcétera. Siempre que haya personas y receptáculos con agua cerca y no deban desplazarse demasiado. Es un mosquito diurno, es decir que la mayor parte de su actividad transcurre durante el día: alimentación, reproducción y postura de huevos. Tanto las hembras como los machos se alimentan de sustancias azucaradas vegetales, sólo que la hembra luego de aparearse necesita ingerir sangre para la producción y maduración de los huevos que serán depositados en las paredes de los recipientes con agua. Sin embargo, estamos viendo que este mosquito se va adaptando a nuevas condiciones, encontrándolos más frecuentemente en lugares donde antes no era tan común encontrarlos. Esto no es raro, ya que este mosquito es oportunista y se adapta eficazmente a las nuevas presiones ambientales a las que son sometidos. En Tucumán, su período de actividad en general, es a partir de septiembre-octubre cuando aparecen, hasta mayo-junio cuando desaparecen, con excepción de los huevos resistentes que darán inicio a la nueva temporada de actividad en la primavera.
- Los ministros de Salud del país señalaron que el aumento en la cantidad de lluvias está influyendo en la epidemia, ¿esto es así?
- Sí, el cambio en las variables atmosféricas impacta sobre la permanencia y supervivencia de este vector. Las precipitaciones generan que los recipientes capaces de acumular agua se llenen y sean potenciales criaderos. Además, en combinación con temperaturas optimas, favorecen el establecimiento y permanencia del vector en una región. La tropicalización produce una expansión geográfica del mosquito hacia el sur donde las zonas se vuelven más templadas y húmedas y este mosquito oportunista se establece con éxito.
- ¿Hay algún dato que te llame la atención de la última o la actual epidemia?
- La velocidad de acortamiento de los períodos interepidémicos son llamativos, pasamos de un periodo de siete años en la primera epidemia (de 2009 a 2016) a otro de meses entre las dos últimas (junio de 2023 a febrero de 2024). Este proceso es preocupante porque indica una endemia, que es lo que sucedió en el NEA, y el cuál solo está siendo regulado en nuestra región aún por las bajas temperaturas invernales. La mayor cantidad de casos en esta epidemia también es llamativa porque debería haber mucha gente inmunizada de por vida al serotipo adquirido y por inmunidad cruzada a los otros serotipos, la cual puede durar entre cuatro meses a un año. Cabe aclarar que los serotipos circulantes en esta temporada son DENV 1 y DENV 2, dos serotipos que ya circularon previamente en la provincia, en 2020 y 2023 respectivamente, es decir que hay mucha gente reinfectada que adquirieron las dos cepas. Es llamativa también la falta de sensibilización y concientización de la población en general a esta problemática: se escucha mucho el pedido de fumigaciones y otras medidas que no son clave para el manejo de este mosquito, como cortar el césped; sin embargo existen numerosos criaderos dentro de los microhábitats humanos que serán imposible de eliminar si no es mediante una acción mecánica para un saneamiento ambiental óptimo.
Epidemia nacional: Tucumán es la quinta provincia con más incidencia del virus en el país
El brote de dengue en la Argentina continúa en ascenso con más de 180.000 casos confirmados y 129 muertos en todo el país, según el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación. Según este informe, Tucumán ya tiene 18.729 casos notificados de dengue y es la quinta provincia con más incidencia de la enfermedad (casos cada 100.000 habitantes), después de Chaco, Catamarca, Formosa y Santa Fe.
Por otro lado, ayer se informó el fallecimiento por dengue de la esposa del golfista Emilio “Puma” Domínguez. La muerte de María Victoria De La Mota Claverie, de 33 años, causó una gran conmoción.
Lugares donde se encuentran más criaderos de mosquitos
1.950 operativos en este año
Por el brote epidémico de dengue en la provincia, el Ministerio de Salud va realizando este año 1.950 operativos de control de foco, búsqueda activa de pacientes con síntomas y fumigación en distintos barrios de todo el territorio. Pese a que muchos vecinos tienen miedo a la patología, los agentes sanitarios siguen encontrando en muchas casas recipientes en los que se reproduce el mosquito. El ingeniero Leandro Medina Barrionuevo, director de Salud Ambiental, nos da detalles sobre cuáles son los lugares dónde más aparecen criaderos de Aedes aegypti.
Recipientes en desuso móviles
Tachos de pintura, latas viejas, botellas, envases de yogurt, tapitas de gaseosas, baldes rotos o cualquier recipiente que tenemos en casa y que pueda acumular agua de lluvia. Hay que darlos vuelta o moverlos bajo techo. Uno de objetos que más encuentran en las viviendas los agentes y que son un verdadero peligro: las cubiertas de vehículos.
Recipientes fijos
Hay desagües y resumideros que acumulan agua en forma constante. En esos casos, se debe tirar agua hervida. Las piletas son otro sitio de riesgo, más en esta época que ya están sin uso, explica el ingeniero. Las piscinas bien mantenidas con cloro no son utilizadas por la especie Aedes aegypti. El problema es que a partir de marzo ya no se cuidan tanto las piletas y se han encontrado criaderos de mosquitos en estos espacios. Otro inconveniente son las piletas de lona, que ahora suelen estar sucias o dobladas en el piso. En sus pliegues, se han encontrado criaderos.
Acumulación de agua para consumo
En muchos barrios de Tucumán, hay vecinos que se ven obligados a acumular agua porque el servicio que tienen es deficiente. Los recipientes para acumulación de agua para consumo o donde se junta líquido para lavar los platos, por ejemplo los baldes, son usados por los Aedes. También las cisternas y los tanques y que a veces están sin tapa. En todos los casos se deben tapar, aunque sea con una bolsa de plástico.
Lugares impensados
Bandeja de secaplatos, jabonera y porta cepillos de dientes (quitar a diario el agua acumulada y cepillar las paredes) son otros criaderos en las casas. La bandeja colectora de agua de heladera y el bebedero de mascotas son también sitios elegidos por el mosquito. Hay que quitar el líquido cada tres días y cepillar las paredes.
Inservibles de gran tamaño
Muchas viviendas de Tucumán acumulan objetos domésticos que ya son inservibles de gran tamaño que sirven de criadero para mosquitos. Ejemplos de estos son: vehículos, lavarropas, heladeras y cocina. Todos deberían estar bajo techo, de otra manera se transforman en un peligro.