En la vorágine del día a día, es común tener pequeños lapsos con la memoria. Desde olvidar dónde dejamos las llaves del auto hasta el nombre de alguien que acabamos de conocer, estos olvidos cotidianos son parte de la experiencia humana. Sin embargo, ¿cuándo deben estos olvidos despertar preocupación?
Cierto grado de problemas de memoria y una modesta disminución en otras habilidades de pensamiento son partes comunes del envejecimiento. Sin embargo, hay una diferencia entre los cambios normales y la pérdida de memoria asociada con demencia, enfermedad de Alzheimer y otros trastornos relacionados. Y algunos problemas de memoria podrían ser causados por otras afecciones tratables.
Pérdida de la memoria y demencia: ¿cuáles sus características?
Es normal tener una pérdida leve de memoria a medida que envejecemos. Esto no va impedir vivir una vida plena y productiva. Por ejemplo, de vez es posible olvidar el nombre de un conocido pero recordarlo más tarde. Es posible perder los anteojos o necesitar escribir una lista para recordar tareas.
Estos cambios en la memoria pueden ser irritantes, pero son normales y manejables. No interrumpen la capacidad para trabajar, vivir de forma independiente o mantener una vida social.
La demencia, por su parte, no es una enfermedad específica. Es un grupo de síntomas que afectan memoria, razonamiento, juicio, lenguaje y otras habilidades de pensamiento.
Suele comenzar gradualmente, empeora con el tiempo e interfiere con la vida diaria de una persona, incluido el trabajo, la gestión de las tareas diarias, interacciones y relaciones sociales.
La pérdida de memoria suele ser una de las primeras o más reconocibles signos de demencia. Otros signos tempranos pueden incluir:
- Hacer las mismas preguntas repetidamente.
- Olvidar palabras comunes al hablar.
- Mezclar palabras, como decir “cama” en lugar de “mesa”.
- Tomar más tiempo para completar tareas familiares, como seguir una receta.
- Extraviar objetos en lugares inapropiados, como poner una billetera en un cajón de la cocina.
- Perderse mientras camina o conduce en un área conocida.
- Tener cambios de humor o de comportamiento sin motivo aparente.
Pérdida de la memoria y demencia: ¿cuándo consultar con un médico?
Hablar con el equipo de atención médica si le preocupa la pérdida de memoria o si un miembro de la familia ha planteado inquietudes sobre cambios en su pensamiento.
A veces, las personas que mejor nos conocen notarán cambios. Es bueno tener un familiar o un amigo cerca para responder algunas preguntas basadas en observaciones. Las preguntas que los médicos pueden hacer son:
¿Cuándo comenzaron sus problemas de memoria?
¿Qué medicamentos, incluidos los recetados, los de venta libre y suplementos dietéticos, toma y en qué dosis? ¿Ha comenzado recientemente a tomar un nuevo medicamento?
¿Qué tareas le resultan difíciles?
¿Qué ha hecho para afrontar los problemas de memoria?
¿Cuánto alcohol bebe?
¿Ha tenido recientemente un accidente, se ha caído o se ha lesionado su cabeza?
¿Tiene dificultades para dormir?
¿Ha estado enfermo recientemente?
¿Se siente triste, deprimido o ansioso?
¿Ha tenido recientemente una pérdida importante, un cambio o un evento estresante en su vida?