La gestión presidencial de Alberto Fernández (Unión por la Patria) dejó la Argentina con un nivel de pobreza en ascenso. Su sucesor, Javier Milei (La Libertad Avanza) recibió el país con una tasa del 41,7% de la población que a fines de 2023, tenía inconvenientes para reunir los ingresos necesarios para costear la Canasta Básica Total (CBT). Así, la pobreza afectaba a 19,5 millones de personas, de acuerdo con los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza alcanzó el 31,8%, indica el reporte del organismo que dirige el economista Marco Lavagna. Dentro de este conjunto se distingue un 8,7% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 11,9% de las personas.
El diagnóstico oficial realizado en los 31 aglomerados urbanos donde se efectúa la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), por debajo de la línea de pobreza se encuentran casi 3,2 millones de hogares, que incluyen a 12,3 millones de personas; y, dentro de ese conjunto, 869.821 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 3,5 millones de indigentes.
Según el Indec, se evidenció que en promedio “el ingreso total familiar aumentó 69%” y “las canastas regionales promedio aumentaron 81,6% (Canasta Básica Alimentaria) y 75,8% (Canasta Básica Total)”. El cuadro más agudo se observó en la cantidad de chicos de 0 a 14 años bajo la línea de la pobreza: llegó a un 58,4%, lo que implica que en todo el territorio nacional hay 6,5 millones de chicos pobres. Son 500.000 más que un año atrás. y casi 750.000 más que cuando Alberto Fernández y Cristina Kirchner reemplazaron a Mauricio Macri en la Presidencia.
El empobrecimiento de la población subió a pesar de una mayor cantidad de controles de precios, el aumento de los planes sociales, nuevas moratorias jubilatorias, un tipo de cambio atrasado y servicios públicos completamente subsidiados. A esto se sumó, una fuerte emisión de moneda para sostener artificialmente el consumo. Todo eso no logró evitar la caída de los ingresos de los trabajadores en medio de una inflación galopante que terminó triplicándose en el último año de gobierno (fue de 211,4%).
¿Y en Tucumán?
La situación socioeconómica en el Gran Tucumán-Tafí Viejo se profundizó en la comparación interanual. La indigencia, que afecta a 93.339 personas, pasó de 7,7% en el segundo semestre 2022 a 10,1% en igual período de 2023. Según las estadísticas oficiales, el aumento ha sido de 2,4 puntos porcentuales. En el caso de la pobreza, la tasa registró un aumento interanual del 0,4 punto y golpeó al 43,9% de la población del principal aglomerado urbano de la provincia, es decir a 404.020 habitantes.
En el Noroeste Argentino (NOA), a su vez, el flagelo de la pobreza afecta a casi 1,3 millón de personas, es decir, al 45,6% de una población urbana estimada en 2,8 millones de habitantes. El cuadro de pobreza más agudo en la región se observó en La Rioja, con una tasa del 51,6%, mientras que la menos complicada se registró en Salta, con el 42,4%.
Un informe de Unicef Argentina, difundido recientemente, indica que el 69% de los niñas, niños y adolescentes en la Argentina son pobres, ya sea porque viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica de bienes y servicios o porque no acceden a derechos básicos como la educación.
En la provincia, el ministro de Desarrollo Social, Federico Masso, afirma que el Estado está presente en la cobertura asistencial para las franjas más expuestas a la pobreza. En este aspecto, diferenció la situación actual de lo que fue el cuadro socioeconómico de fines de 2001. “Hoy hay una conternción con la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar, además que han crecido las asociaciones de la sociedad civil y las fundaciones para sofocar ese mar rojo que es el hambre”, señala. Masso resaltó, además, que el Estado tucumano se anticipó a este fenómeno. “El gobernador (Osvaldo Jaldo) ha sido claro cuando dijo que había que robustecer la contención alimentaria y esto no se trata tan sólo de llegar a lo individual, sino también a lo colectivo”, enfatizó.
El ministro agregó que, en la actualidad, esa contención alcanza al 80% de la niñez a través de los comedores infantiles que han sido abiertos este verano y que, “por primera vez, en más de una década los funcionarios han llegado a los primeros días de clases con una dieta que los chicos no tenían antes”. Subrayó también que el Estado está presente en la contención para más de 600.000 tucumanos, entre niños y adultos mayores”.
¿Qué puede pasar con la tasa de pobreza este año? Leonardo Tornarolli, economista e investigador del Cedlas de la Universidad de La Plata, afirma a LA GACETA que, si bien la tasa del 41,7% del segundo semestre de 2023 era la esperada, es inquietante el salto que se registró en la indigencia en el país, debido a la aceleración de los precios en alimentos. “Para este año las noticias no van a ser tan buenas y es probable que el índice del primer semestre arroje una pobreza de entre un 45% y un 50%, según cómo transcurra la economía en el segundo trimestre”, señala. Para confirmar eso habrá que esperar hasta septiembre, cuando el Indec difunda su informe. En la segunda parte de 2024 todo dependerá si la economía se estabiliza frente a una reactivación que puede ser incipiente.
Según Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, la inflación que estamos viendo son los últimos coletazos de lo que fue el plan Platita del año pasado. “Lo positivo es que con la política de equilibrio fiscal y no emisión para financiar el gasto el gobierno ha apagado los motores que empujan la depreciación de la moneda argentina. Esto es, dejamos de generar inflación futura. Algo que se observa claramente en la estabilidad que experimentan los tipos de cambio, acota el experto como un antesala de lo que puede ser la reducción paulatina de los índices de pobreza y de indigencia en la Argentina.
“Si bien es cierto que la en el primer trimestre la pobreza siguió aumentando, la desaceleración de la inflación abre la puerta para que empiece a bajar”, remarca. “Es muy probable que en abril veamos un Índice de Precios al Consumidor de un dígito, en el orden del 9%, y que la tendencia a la baja de la inflación se consolide. Esto a su vez abrirá la puerta a la mejora del poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, que empiezan a actualizarse, pero frente a un IPC que se desacelera. Y con esto, también se abre la puerta a una baja en la tasa de pobreza”, agregó Marí.
La Foto
El porcentaje de hogares por debajo de la pobreza alcanzó el 31,8% en el país; en ellos reside el 41,7% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 8,7% de hogares en la indigencia (11,9% de las personas).
Las cifras
Para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, bajo la pobreza hay 3.193.297 hogares, que incluyen a
12.300.481 personas; y, dentro de eso, 869.821 hogares en la indigencia (3.520.174 personas).
Las regiones
Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Noreste (NEA), 48,4%; y NOA, 45,6%. Las menores, por su parte, se registraron en las regiones Patagonia, 36,5%; y Pampeana, 40,4%.
Las diferencias
Respecto del primer semestre de 2023, la incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos. En el caso de la indigencia, la suba fue de 1,9 puntos en hogares y 2,6 en las personas.
La niñez
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos muestran que los niños y los adolescentes son los más afectados: el 58,4% de las personas de entre 0 y 14 años es pobre, mientras que el 18,9% es indigente.
Las similitudes
La pobreza registrada en el segundo semestre de 2023 fue del 41,7%, cerca del 42% observado en igual período de 2020, cuando la actividad económica del país estaba paralizada debido al aislamiento por la covid 19.