Los argentinos de manera contundente han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno. No hay vuelta atrás, hoy enterramos décadas de fracaso, peleas intestinas y disputas sin sentido. Peleas que lo único que han logrado es destruir nuestro querido país y dejarnos en la ruina. Hoy comienza una nueva era en argentina, una era de paz y prosperidad, una era de crecimiento y desarrollo, una era de libertad y progreso. (Javier Milei, discurso de asunción a la Presidencia de la Nación, 10 de diciembre de 2023).
La Argentina transita meses de fuerte ajuste. El economista libertario tomó las riendas del poder e, inmediatamente, actualizó los precios de la economía, todos retrasados durante la gestión pasada de la mano de una fuerte emisión monetaria. El Tesoro se financió con ese mecanismo y la deuda se convirtió en una bola de nieve. Milei y su equipo debían desactivar esa bomba de compromisos, con la expectativa de que la Argentina se exponía a una fuerte contracción de la actividad económica y a una galopante inflación. El nuevo gobierno libertario advirtió que, al menos hasta abril, la situación sería traumática. En febrero, sin embargo, la inflación mostró signos anticipados de desaceleración.
La macroeconomía está en proceso de corrección. El Riesgo País es un claro indicador de la percepción sobre la Argentina. La sobretasa que debe pagar un bono frente al rendimiento de los títulos a 10 años que emite el Tesoro de los Estados Unidos, se ubica en el caso argentino en 1.581 puntos básicos, unos 370 puntos por debajo del período previo a la asunción del libertario.
Si el riesgo país es alto puede repercutir además negativamente en la llegada de inversiones a largo plazo, clave para realizar obras que, en estos momentos, están paralizadas como parte del ajuste causado por la motosierra de Milei para alcanzar el equilibrio fiscal. Además, aquel indicador complica las necesidades financieras de un país.
Sin embargo, los ruidos de la política siguen causando inquietud tanto dentro como fuera de la Argentina. Aquella voluntad de cambio, esgrimida por el jefe de Estado, enfrenta intereses entre el nuevo oficialismo y la oposición. Pero, ¿cómo está el humor social de los argentinos?
A tres meses de haber inaugurado su gestión, el gobierno de Javier Milei cosecha una aprobación del 43% y una desaprobación del 52%. Esto implica una caída de 7 puntos en la aprobación y un incremento de 8 puntos en la desaprobación en relación con diciembre de 2023, dice un reporte elaborado por D´Alessio IROL y Berensztein. Entre los votantes de La Libertad Avanza (LLA), la aprobación alcanza el 75%, 4 puntos menos que en enero y 10 puntos por debajo de los niveles de diciembre. La desaprobación entre los votantes de Unión por la Patria (UP) se mantiene en niveles persistentemente altos desde el primer momento de la asunción del nuevo gobierno, indica el reporte al que accedió LA GACETA.
Con respecto a las expectativas económicas para el año próximo, se consolidan cifras más positivas en comparación con los meses anteriores. El optimismo y el pesimismo se dividen en mitades: al tiempo que un 50% cree que la situación empeorará, un 47% sostiene que estará mejor, puntualizan D´Alessio IROL y Berensztein. El optimismo para el futuro es particularmente importante entre los votantes de LLA (79%).
Otro sondeo, efectuado por Zuban Córdoba y Asociados, sostiene que un consenso construido sobre el descarte (al fallar la gestión de Mauricio Macri y luego de Alberto Fernández) marca ciertos límites para Milei que, sin embargo, evidencia cierta tolerancia social a sus medidas. Un 58% cree que tanto la situación del país como su situación personal van a empeorar en los próximos meses. Un pesimismo que si bien ya venía en niveles altos el año pasado, ahora se ha profundizado a niveles alarmantes. Al preguntar por responsables, nos encontramos con que la grieta aparece de forma nítida y divide a la sociedad prácticamente en dos: un 51% culpa al gobierno de Milei y al ministro Caputo mientras que un 46% culpa al gobierno anterior, dice el diagnóstico de los analistas cordobeses.
Zuban, Córdoba y Asociados advierte que la actual gestión se ha enfocado más en la macroeconómica que en la micro. Es en esa dimensión de la microeconomía que el gobierno empieza a mostrar sus límites más definidos. Casi un 70% afirma no saber que más ajustar para llegar a fin de mes, expresa el sondeo. Un 53% tiene miedo de quedarse sin trabajo. ¿En qué actividades se sintió más el ajuste en las familias argentinas? Las salidas a comer afuera junto al cine y los recitales aparecen como los primeros gastos que la gente empezó a ajustar en los últimos meses, indica la encuesta. El esparcimiento y la recreación son los primeros que sufren en una crisis económica. ¿Qué va a pasar si la gente empieza a resignar el pago de sus cuentas o incluso su alimentación básica?, analizan los expertos de esa firma.
“Si nos alejamos de la cuestión económica, aparecen otros indicadores que dan algo de oxígeno al gobierno. Su núcleo de apoyo sigue por arriba de los 40 puntos y parece resistir todos los embates. Además, cuestiones más bien simbólicas como la prohibición del lenguaje inclusivo o el cierre del Inadi cosechan apoyos bastante considerables, a la vez que también chocan con segmentos importantes de la sociedad”, continúa Zuban Córdoba. “Marzo y abril serán los meses más complicados en materia económica. Es algo confesado incluso por el propio presidente. “La evaluación del humor social durante las próximas semanas probablemente termine de definir el tono político del resto del año”, alerta el reporte.
En aquel discurso, Milei ha descripto la herencia que ha recibido del kirchnerismo. Y ha dejado en claro, además, que su administración no puede darle espacio al gradualismo, porque la Argentina necesita un shock para cambiar su economía y su imagen ante el mundo.
En aquel discurso de asunción, el Presidente le dio un espacio a la reflexión respecto de la clase política argentina. “Quiero decirle que no venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas ni a discutir espacios de poder. Nuestro proyecto, no es proyecto de poder. Nuestro proyecto es un proyecto de país. No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía, la deshonestidad o la ambición de poder interfieran con el cambio que los argentinos elegimos. A todos aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse a la nueva argentina, los recibimos con los brazos abiertos”, fundamentó en su mensaje. Milei necesita de acuerdos para avanzar con “Las Bases” que, hasta ahora, han encontrado escollo en el Congreso. Esa es la premisa a 100 días de gestión de Gobierno.