El Virus del Papiloma Humano (VPH) se presenta tanto en mujeres como en hombres. Se trata de una afección tratable que puede derivar en Cáncer de Cuello Uterino, el tercer tipo de tumor más diagnosticado en mujeres en Argentina y que afecta a 4.500 mujeres cada año y causa el fallecimiento de más de 2.300, informó, en un comunicado, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec).

La entidad destacó la importancia de la prevención, la visita regular al médico y la realización de estudios de rutina. En ese contexto recordó que el pasado 4 de este mes se conmemoró el Día Internacional de Concientización sobre el Virus del Papiloma Humano y el próximo 26 de marzo será el Día Mundial del Cáncer de Cuello Uterino.

“La prevención siempre es el mayor aliado para evitar el cáncer o para llegar a un diagnóstico temprano, que supondrá el inicio del tratamiento en fases iniciales. Prevenir es visitar al médico, hacernos los estudios de rutina, saber por ejemplo que el VPH puede prevenirse y debe tratarse. Sin dudas, en este sentido el acceso a información relevante es imprescindible” dijo Carlos Silva, coordinador médico de Lalcec.

El VPH es un virus de fácil transmisión y más común de lo que se cree. Se estima que cuatro de cada cinco personas podrían llegar a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento. Por eso es importante el correcto uso del preservativo, que reduce el riesgo de transmisión, aunque no lo elimina totalmente ya que puede alojarse en puntos de la zona genital-anal que no quedan protegidos.

Hay unos 200 tipos de VPH, de los que 40 afectan las zonas genital y anal. Se pueden clasificar en bajo y alto riesgo oncogénico. En el primer caso, se asocia con lesiones benignas como verrugas; en el segundo con lesiones que pueden evolucionar hasta resultar en un cáncer. El más frecuente es el de cuello de útero en la mujer; aunque también puede evolucionar en otros tipos de cáncer, como de ano, pene, vagina, vulva y orofaríngeos”, explicó el doctor Silva.

Prevención

Para prevenirlo, en el caso de las mujeres se recomienda la realización de un estudio de Papanicolau (PAP) por año, a partir de los 25 años, que es una manera sencilla y efectiva de prevenir el cáncer cérvicouterino. Por otra parte, también puede realizarse el Test de VPH, que posibilita detectar la presencia de ADN de VPH de alto riesgo oncogénico en las células del cuello del útero. Esto permite la posibilidad de controlar el posible desarrollo de lesiones.

“La vacuna contra el VPH es altamente recomendable ya que disminuye la incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino y la carga de enfermedad asociada al VPH, sus complicaciones y mortalidad. Es muy efectiva en reducir la circulación de los genotipos de alto riesgo. En países con buenas coberturas de vacunación, los virus VPH 16 y 18 disminuyeron en un 68%, y la presencia de verrugas genitales producidas por virus de bajo riesgo disminuyó en un 61%”, aseguró Silva. En Argentina, la vacuna se incorporó al calendario de vacunación, en 2011, para niñas y niños a partir de 11 años, para la prevención de otros tipos de cánceres. Es decir que es gratuita y se puede acceder a ella en los vacunatorios públicos.

Un estudio analizó la presencia del HPV en el cuello uterino de adolescentes de 15 a 17 años y comprobó que la gran mayoría de las chicas vacunadas no se infectan con los tipos 16 y 18. La eficacia de la vacuna es mayor al 93% para estos genotipos.