Una extraña sensación se percibió ayer en el mercado con las reacciones de los operadores y de los inversores al rechazo del Senado al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), con el que el presidente Javier Milei intenta desregular la economía y terminar con los desequilibrios macroeconómicos del país. El revés parlamentario para el Gobierno se compensó con el anuncio que el ministro de Economía, Luis Caputo, realizó respecto de que, por segundo mes consecutivo, la Argentina mostraba superávit financiero. El cumplimiento de las pautas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) siempre son es doloroso. El detalle del resultado del primer bimestre, difundido por el Palacio de Hacienda, da cuenta de ello. Por un lado, la Nación continuó con el congelamiento de la obra pública. El gasto de capital, en ese sentido, ha descendido un 87%, en términos reales. Pero esos trabajos no fueron los únicos afectados por la motosierra de Milei. Las provincias también sintieron el impacto del ajuste fiscal, ya que las partidas se recortaron un 77% respecto de las transferencias registradas en igual período del año pasado, cuando el peronismo era gobierno y, de la mano del presidente Alberto Fernández, la coalición Unión por la Patria se aprestaba a financiar una campaña en cada uno de los distritos subnacionales. En tercer orden del recorte de erogaciones se ubicaron las jubilaciones y pensiones contributivas que cayeron un 38% en términos interanuales. Si se incluye el bono de refuerzo otorgado por el Gobierno para compensar el mal diseño de la fórmula de movilidad previsional, por un monto de casi $ 200.000 millones, la caída se reduce a 34% interanual.
Los gobernadores y sus ministros de Economía no sólo acuden al despacho del ministro del Interior, Guillermo Francos, para solicitarle a la Nación que afloje con las restricciones para evitar caer en déficit fiscal, un escenario que merodea en la mayoría de las jurisdicciones del país a partir de la menor actividad económica y la consecuente caída en la recaudación del impuestos sobre los Ingresos Brutos. También visitan asiduamente a Caputo, que tiene la llave para abrir la puerta del financiamiento transitorio en caso de que algún mandatario requiera de auxilio para cubrir, por ejemplo, el pago de sueldos. El equilibrio financiero es el pilar del plan que instrumenta Milei. Por ahora, la Casa Rosada reclama austeridad, pero difícilmente permita que alguna de las provincias caiga en el pozo fiscal. Incluso La Rioja que próximamente lanzará su bono de cancelación. “El Chacho”, tal la denominación del instrumento que lanzará el gobernador Ricardo Quintela, comenzará a circular desde el mes que viene y será entregado a los empleados públicos riojanos como parte de pago de los salarios. La Nación quiere evitar el efecto contagio para no repetir experiencias financieras negativas del pasado.