El uso de maduradores en caña de azúcar constituye para Tucumán una estrategia precosecha, que permite obtener incrementos significativos de la recuperación de azúcar, con importantes beneficios económicos. Se trata de una tecnología ajustada y difundida por el equipo de trabajo de Eduardo Romero, técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), acompañado por Fernanda Leggio y Sofía Fajre.

Mediante su empleo resulta factible anticipar la maduración de todo el espectro de variedades de caña de azúcar cultivadas en nuestra provincia. Los maduradores mejoran la eficiencia global de la cosecha al provocar un desecamiento temprano del follaje. También permiten un despuntado más alto (mayor producción cultural), mejoran las condiciones para la limpieza de la materia prima y, por ende, disminuyen el contenido de trash que llega a fábrica.

Todos estos efectos, sumados al balance positivo costo-beneficio, permiten incrementar los ingresos de la actividad agroindustrial, asociado con el inicio más temprano de la zafra, con la recuperación de una significativa cantidad adicional de azúcar y con el aporte a la reducción de los costos de cosecha, transporte y fabricación.

Precisión

Resulta importante recordar que los maduradores no pueden modificar la capacidad de producción potencial de azúcar ni la modalidad de maduración de cada cultivar. Además, su aplicación no evitará las pérdidas de azúcar asociadas con malas planificaciones y/o con manejos deficientes de la cosecha.

La efectividad de esta tecnología es consecuencia de una serie de factores que caracterizan al cañaveral (estado productivo, variedad, edad, manejo), de las condiciones ambientales previas, durante y posteriores al momento de la aplicación, y de la aplicación propiamente dicha. Ante esta situación, definir un programa de maduración química será una tarea minuciosa y que debe estar dirigida a cada situación particular.

Es necesario tener una programación de la maduración química adecuada, ya que el uso de maduradores químicos es una herramienta de gran valor, pero debe ser utilizada con cautela y responsabilidad.

Para aprovechar sus beneficios se debe realizar una planificación anticipada, que incluya los distintos aspectos organizativos y técnicos requeridos. En este sentido, la coordinación productor-ingenio constituye una exigencia fundamental, ya que el programa de manejo debe estar totalmente consensuado y coordinado entre ambos sectores, y expresado en un cronograma de tareas. Este debe considerar la elección de lotes, el madurador, la época y la dosis a emplear, el control de las aplicaciones aéreas y el ordenamiento racional de la cosecha, que optimice la calidad fabril de la materia prima en la fase inicial de la zafra.

Se recomiendan hacer aplicaciones desde comienzos de abril hasta mediados de mayo, ya que hasta ese momento los cañaverales irán disminuyendo su ritmo de crecimiento y no se verán afectados en su producción cultural.

Productos

Entre los productos actualmente disponibles se encuentran los graminicidas “fluazifop” y “cletodim” y el herbicida total “glifosato”. Es conveniente destacar que el uso de este último deberá limitarse a los casos de lotes que vayan a ser descepados luego de la cosecha, ya que se trata de un producto que, si bien logra resultados muy satisfactorios como madurador químico, tiene grandes exigencias técnicas para su correcta aplicación.

Dada las exigencias que el uso de esta tecnología requiere, se recomienda buscar asesoramiento técnico especializado antes de su utilización.

Es fundamental garantizar el máximo respeto de las recomendaciones técnicas para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios de esta importante herramienta agrícola.