La situación del ex gobernador tucumano José Alperovich se complicó ayer cuando, durante el debate que se le sigue en Capital Federal por casos de abuso y violencia sexual, declaró una perito del Cuerpo Médico Forense, es decir oficial, quien respaldó los dichos de la denunciante y afirmó que la joven “tenía todos los indicadores específicos de agresión y de daño”. La perito fue contundente en sus afirmaciones no solo aseverando que creía en el relato que ella hacía, sino que todas las técnicas que ella utilizó para confeccionar su informe daban cuenta de la veracidad de sus dichos. Pero durante la mism audiencia, luego, otra perito, aunque en este caso de parte y no oficial, dijo no haber encontrado indicios de violencia sexual en el relato de la denunciante, con lo cual jugó a favor de la estrategia de la defensa de Alperovich.
El ex senador, como en los debates anteriores, siguió las alternativas del debate desde su casa en Tucumán vía zoom, y a pesar de los dichos de la testigo se mostró tranquilo, aunque fumando ininterrumpidamente y tomando mate. La audiencia fue presidida por el titular del Tribunal Oral en lo Criminal N° 29, Juan María Ramos Padilla, en la sede ubicada en calle Paraguay al 1.500, en CABA.
La licenciada Mónica Herrán, con vasta experiencia en el análisis mediante su expertise en casos criminales, autora de más de 1.500 pericias anuales y quien formó parte durante décadas del Cuerpo Médico Forense de la Nación aseveró que la denunciante, sobrina del imputado, sentía culpa por no haber hablado antes de la denuncia. “Ella no tuvo la posibilidad de defenderse ni de reaccionar”, puntualizó en base a las entrevistas que había mantenido con la joven. Herrán dijo que la mujer “tenía mucho miedo de lo que podía pasar” si llegaba a hacer la denuncia. “Este tipo de situaciones -aclaró- se puede comparar con el de una herida que en algún momento va a cerrar, pero cuya cicatriz queda para siempre”. “Esto produce descenso de autoestima, de defensa porque siente que no tiene recursos para defenderse, que no vale la pena y que tiene que someterse y no contárselo a nadie, hasta que lo hace”, dijo la testigo a preguntas del fiscal Sandro Abraldes. “Las verbalizaciones de la víctima son coherentes con la denuncia, por otro lado están los indicadores típicos”, aseveró. Habló también de que la joven sufría un “trauma cristalizado”, definiéndolo como algo que se sigue sintiendo “como el primer día”, además de sufrir estrés post traumático y disociación para no sentir dolor psíquico. “Ese dolor no se va”, afirmó. “Hay mujeres que estas situaciones de abuso las cursan por años. Hay muchísimas mujeres que en el ámbito familiar y laboral sostienen estas situaciones sin llegar al marco de la denuncia. Muchas veces detectamos este tipo de situaciones sin que la persona las ponga en palabras... Este caso está basado en el temor. Esta mujer tenía mucho miedo de lo que le podía pasar. Si bien se pudo enfrentar en un momento dado, tuve mis dudas de si no se retractaría después. Porque el miedo fomenta la retractación”, dijo. Habló además con respecto a que en los últimos años el conocido “síndrome de Estocolmo”, vinculado a la relación que pueden terminar viviendo una víctima un rapto con su captor, se aplica también a casos de violencia de género en los que las mujeres terminan justificando el accionar del agresor. Los representantes de la querella, Carolina Cymerman y Pablo Rovatti le preguntaron sobre si ella tenía conocimiento de la relación que la joven había tenido con el ex concejal y ex colaborador de Alperovich, David Mizrahi, a lo que ella contestó que sí, ya que habían hablado de que se había tratado de una relación complicada, con mucho control de él sobre ella. “Pero puedo descartar que el abuso sexual haya sido por parte de Mizrahi”, dijo.
A primera mañana también declaró Eduardo Espector, perito de parte de la defensa quien hizo un desglose sobre un informe psiquiátrico que, durante la pandemia y vía zoom, se le realizó a Alperovich. Ante esto el fiscal Abraldes una de las primeras preguntas que le hizo al testigo era si le habían pagado por su informe, a lo que Espector afirmó que sí ya que, justamente, él hacía el análisis a pedido de la defensa. Según él, el ex gobernador no mostraba alteraciones de índole sexual, no tenía comportamientos compulsivos. “Tenía una ansiedad moderada y una depresión leve”, afirmó, y basó su diagnósticos en el estrés que según él sufría Alperovich en ese momento (2020) por haber sido denunciado. “No registré indicadores de una persona que necesitara someter a las demás”, afirmó, al tiempo que aseguró que no existía “un perfil de un abusador sexual”.
Luego fue el turno de otras dos peritos de parte de la defensa, ambas psicólogas, una de las cuales hizo una entrevista, sacó conclusiones y las expuso, y la otra, sin conocer a la denunciante, supervisó el trabajo de su colega. La primera de ella, Liliana Sedler afirmó que no se podía establecer relación entre la psiquis de la ex colaboradora del ex gobernador y las denuncias. “Los hechos denunciados como violación pueden producir estrés postraumático y es algo que no se notaba en este caso”, le contestó la especialista al abogado defensor Augusto Garrido. “Ella estaba sufriendo violencia psicológica de parte de una persona a la que ella amaba, que era David Mizrahi”, afirmó. “Yo detecté la presencia de un trauma, pero no pude detectar su origen”, detalló. Tras ella declaró Paula Sánchez Ayala, quien avaló el informe de Sedler, aunque aclaró que no conocía a la denunciante, que ella no le había hecho ningún test y que sólo había leído lo que había escrito su colega.
Lo que viene
Las partes junto al juez Juan Ramos Padilla quedaron de acuerdo en el llamamiento a los testigos que deberán declarar en las próximas tres jornadas. Para la séptima se espera la palabra de algunas personas que trabajaban en la campaña para gobernador de José Alperovich. En la octava deberán sentarse ante el juez los choferes del ex senador y para la novena se espera entre otros, el testimonio de David Mizrahi, el hombre que trabajaba con Alperovich, que fue concejal, que mantuvo una relación con la denunciante y quien, según la defensa y el mismo imputado, es parte de un plan para terminar con la carrera política del ex gobernador. Hasta el momento pasaron unos 25 testigos de los 80 que están previstos, entre ellos el ex gobernador Juan Manzur quien por su condición de senador optaría declarar por escrito (tiene fueros y puede hacerlo) por lo que hay audiencias previstas hasta julio. Todavía no se sabe a ciencia cierta cuándo serán los alegatos ni la sentencia.