A criterio del Gobierno nacional, la situación de violencia que se vive en la ciudad santafesina de Rosario no da para más. El presidente, Javier Milei, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunciaron que se conformará, por pedido del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, un nuevo comité de crisis, que tendrá la particularidad de que estarán incluidas las fuerzas federales.
La gota que rebalsó el vaso fue el crimen de Bruno Bussanich, un joven de 25 años que trabajaba en una estación de servicio cuando, pasada la medianoche, fue baleado por sicarios. “La Policía Federal, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y el Servicio Penitenciario asistirán a la Policía de Santa Fe en el combate contra el narcotráfico”, avisa el comunicado emitido por el Gobierno. Fundamentan la decisión sobre la base de que las Fuerzas Armadas han sido facultadas para otorgar asistencia en las operaciones de seguridad interior, de acuerdo a los términos del artículo 27 de la Ley 24.059.
“El Gobierno nacional está decidido a enfrentar la mafia del narcotráfico y a los sicarios que instauraron un régimen de muerte y terror en la ciudad de Rosario. No se dará ni un paso atrás. Los rosarinos van a recuperar las calles y la libertad”, añade el documento.
En paralelo, el Gobierno de Santa Fe dio a conocer nuevas medidas para detener los atentados en Rosario llevados adelante por organizaciones criminales, tras el asesinato de Bussanich. El anuncio coincidió con la confirmación de la muerte de Marcos Daloia, el colectivero de 39 años que había recibido un balazo en la cabeza, y que se encontraba internado desde el jueves de la semana pasada.
“En estas horas, lo primero es acompañar en el dolor a familiares y seres queridos de las víctimas de estos atentados que venimos atravesando en la ciudad de Rosario”, señala un comunicado emitido por la administración de Pullaro. El documento hace referencia al crimen de Bussanich, pero también a los asesinatos de los taxistas Diego Alejandro Celentano y Héctor Raúl Figueroa, y al ataque contra Daloia.
“Los ideólogos y ejecutores de estos hechos, que no dudamos en calificar como terroristas, pretenden recuperar los privilegios que tenían las organizaciones criminales dentro de las cárceles: quieren recuperar el delivery (sic), tener celulares, visitas íntimas ilimitadas, y sobre todo organizar y cometer delitos desde la cárcel”, señala el comunicado.
“No actúan contra un Gobierno: están en contra de todos los rosarinos y los santafesinos en general, que queremos la aplicación de la ley para impedirles que sigan cometiendo delitos tras las rejas”, añade el comunicado oficial.
Además, remarcaron que ayer mismo se constituyó una Junta Operativa, conformada por el Gobierno de Santa Fe, por el Ministerio Público de la Acusación, por la Municipalidad de Rosario y por Gobierno nacional, que trabajará de manera permanente.
Algunas de las medidas
• Triplicar la acción operativa de las fuerzas de seguridad en el territorio.
• Llevar adelante acciones operativas focalizadas en zonas vinculadas a las investigaciones en curso.
• Realizar operativos de saturación.
• Conformar un equipo especial de investigaciones, integrado por miembros de distintas unidades de Fiscalía.
• Incrementar el personal policial, con el objetivo de que se cubran horas de servicio extraordinario.
• Reforzar las fuerzas federales y la participación de las Fuerzas Armadas, en el apoyo logístico.
• Ampliar las recompensas para quienes aporten al esclarecimiento de los hechos.
• Intensificar los controles de vehículos y de personas, para lo cual requerimos la predisposición de la ciudadanía.
Los sospechosos de cometer los crímenes
Por estas horas, los investigadores sospechan de que el crimen del joven playero podría estar vinculado a los homicidios de los taxistas Celentano y Figueroa -ambos, asesinados a balazos el martes y el miércoles de la semana pasada-, y al ataque a balazos contra el chofer de trolebús Daloia. El objetivo de todos los ataques sería generar conmoción, en reprimenda por las rígidas medidas que tomó Pullaro con las visitas a los presos de alto perfil.
Esta hipótesis creció durante las últimas horas luego del homicidio de Bussanich, debido al mensaje mafioso, escrito en birome, sobre una hoja rajada escolar. “Esta guerra no es por el territorio, es contra Pullaro y (Pablo) Cococcioni (ministro de Seguridad de Santa Fe). Así como nosotros llegamos a 300 muertos, estando unidos vamos a matar a más inocentes por año”, dice el texto amenazante.