“Los ingleses se caracterizan por su frialdad”. Esa afirmación parece refutarse en cada clásico de Manchester; un derby que expone toda la calidez de los mancunianos. Primero, Rashford. Luego, Foden por duplicado. Apagó la luz del estadio Haaland que marcó el 3-1 definitivo con el que Manchester City venció al United. Golpes que hicieron vibrar a toda la ciudad inglesa en este tipo de partidos en los que se podría calificar fácilmente como “bisagra”. ¿Por qué esa definición? Son duelos en los que no importan los nombres. Tampoco la actualidad. Son partidos aparte en el que pesan los factores emocionales y la historia. Enfrentamientos que nadie se quiere perder. Mucho más se agiganta el show bajo la idiosincrasia Premier League: juego directo, vertical y dinámico. Pilares que hacen del fútbol un espectáculo.
Tampoco se puede pasar por alto la presencia de Erling Haaland, uno de los genios generacionales que aspira a ser uno de los reyes del fútbol moderno. No es creador ni destaca por la visión de juego. Tampoco es vistoso con chiches propios del fútbol sudamericano. Pragmático sería la mejor forma de definirlo. Como si se tratase de un “androide” programado con un solo objetivo: el gol. Pero al ser una invención de último modelo también tiene rasgos humanos entre los que destaca el olfato. Por momentos baja su batería e incluso tiene una que otra falla, pero a no confundirse… Una pequeña desconcentración de la defensa tiene casi garantizado el gol y así pasó.
Pero esta no fue la tarde de Haaland –que marcó uno de los tantos-, sino de Foden. Porque cuando la estrella se encuentra tapada, los equipos de Guardiola hacen las diferencias con las demás piezas del rompecabezas de los “ciudadanos”. Aunque las leyes económicas postulan que los recursos son finitos, City demuestra lo contrario. O eso fue lo que intentó el inglés Foden. Primero, de afuera del área; después, adentro. Acciones que fueron fundamentales para dar vuelta la página al tempranero gol de Rashford.
Tal fue así que se convirtió en la pieza que desarticuló los planes de Erik Ten Hag. Con Lindelöf y Varane logró controlar a la perfección a Haaland. Pero dejó en libertad a Foden. A pura potencia y velocidad destrozó los fundamentos defensivos de los “diablos rojos” que vivieron un verdadero infierno en el Etihad Stadium.
Acorralados por la posesión incesante de la doctrina Guardiola, la velocidad de Garnacho, Rashford y Antony eran las únicas esperanzas del pobre ataque del United. Poco y nada de daño realizaron al tridente de Nathan Aké, Rubén Dias y Kyle Walker. Porque, como dicta el ABC de esta disciplina, sin generación de juego se hace cuesta arriba encontrar la diferencia en el partido y los “diablos rojos” no tuvieron medio campo.
La tempranera ventaja de los “rojos” en el primer tiempo fue una mera casualidad. Incluso, si se mantenía ese resultado, el partido entraba en la adjetivación de “batacazo”. Esos que tanto abundan en el fútbol y hacen tan incierto a este deporte. Un tanto que desató una efímera alegría del lado “rojo” de la ciudad. Pero que no durmió a la bestia “celeste” que hicieron pesar los motivos por los que son últimos campeones de Inglaterra y de Europa.
Lo demás queda a modo anecdótico. Julián Álvarez ingresó en el segundo tiempo para brindarle una mayor movilidad al ataque. Onana sigue presentando inseguridades en el arco “red”. La experiencia de Casemiro no hizo la diferencia y perdió el duelo frente al español Rodri, que cada vez se consolida más como el modelo de “5” moderno; similar a lo que hacía Busquets en su tiempo. De Bruyne sigue siendo el gran cerebro y la sensación de que Manchester City parece un equipo inalcanzable.
La victoria no sorprende. Los “ciudadanos” siguen siendo los dominadores de Manchester. Una victoria necesaria para seguir con vistas a la cima del torneo –tiene 62 unidades, una menos que el puntero Liverpool-. La lucha por el título está más viva que nunca y quedan 10 jornadas para definir a la corona inglesa. Aunque el domingo siguiente, a las 12.30, se vivirá una final anticipada. Anfield, escenario de épicas historias reunirá todo esos condimentos, en, quizás, el último duelo entre Klopp vs. Guardiola en Premier League. A prepararse y disfrutar de una jornada en la que el show está garantizado.