Algunas semanas atrás, Federico Gómez se instaló como una de las grandes sorpresas del ATP 250 de Córdoba. Ubicado en el puesto 367° del ranking mundial, el nacido en Ituzaingó ingresó como alternate a la qualy del torneo y logró meterse en el cuadro principal tras vencer al francés Corentin Moutet (146°, ex 51°), y al rosarino Renzo Olivo (267°). Ahora, llegó a Tucumán para jugar el M25 en el Lawn Tennis, donde será una de las grandes atracciones.
“Fueron días increíbles. Sabía que venía haciendo las cosas bien. Me costó agarrar ritmo a ese nivel, soltarme un poco, pero a medida que fue pasando la semana me fui encontrando muy bien”, contó Gómez, en diálogo con LA GACETA, en el gimnasio del club de Parque 9 de Julio, durante sus primeras horas en la provincia. Claro, el de Córdoba fue su primer cuadro principal de un torneo ATP, la elite del tenis mundial; un torneo al que ni siquiera pensaba ingresar.
La trayectoria de Gómez en el tenis, durante sus 27 años de vida, tuvo distintas etapas. Comenzó a jugar, cuenta, desde chico, en el club El Jagüel, ubicado en Parque Leloir. “Con un amigo estábamos siempre buscando canchas; nos echaban, e íbamos a otra. Lo llevaba de la mejor manera, divirtiéndome, tratando de estar el mayor tiempo posible en cancha, que era lo que me gustaba”, recuerda.
Tras una etapa junior donde no tuvo grandes resultados -”no sobresalía”, indica-, la mirada de Gómez sobre su futuro se afianzó durante un viaje a Europa en 2014, con apenas 18 años. “Me fui a jugar torneos por plata a Francia y en ese viaje me di cuenta que quería vivir del tenis. Fue un momento clave en mi vida, me abrió la cabeza. A los pocos meses de volver, saqué mi primer punto ATP”, narró el nacido en Ituzaingó.
Sin embargo, pese a que jugó varios torneos profesionales entre 2014 y 2015, decidió tomar un nuevo rumbo: tenis universitario en Estados Unidos. Una idea que, reconoce, no le terminaba de cerrar al principio.
“Le tuve un poquito de miedo al principio, no me gustaba, pero al año siguiente de haber terminado la secundaria, estaba en Europa y dije que le iba a dar una chance; lo peor que me podía pasar es volverme. No me arrepiento; sí me arrepiento de no haber ido antes. Es una experiencia única, me dio la posibilidad de seguir jugando al tenis, seguir compitiendo en alto nivel y ahora tengo 27 años, y tengo un título universitario en administración deportiva”, detalló Gómez, que se graduó de la Universidad de Louisville.
¿Por qué las dudas iniciales sobre su etapa universitaria? “Creo que antes era un tabú; si ibas a Estados Unidos, era para retirarte, o estar de fiesta”, indicó Gómez; su experiencia, reconoce, le demostró lo equivocados que eran esos pensamientos. “A mí me pasó que me recibí, dejé de jugar dos años y ahora volví a jugar como si nada. El nivel es muy bueno, hay jugadores como (Cameron) Norrie (ex Top 10 del mundo), que fueron universitarios y compitieron en la elite como si nada. La gente se va a dar cuenta de que es una muy buena opción previa al tenis profesional”, aseguró.
En su caso particular, cuenta que su etapa en Estados Unidos lo ayudó, principalmente, en su crecimiento personal, más allá de lo deportivo. “Maduré mucho porque vivía solo y tenía que cumplir horarios tenísticos, físicos, de tratamientos de kinesiología, nutricionista, psicólogo, y además tenía que cumplir con los deberes de la facultad. Me ayudó a ser más ordenado”, resaltó. Y claro, también le dio una alternativa profesional para el futuro. “Me gusta mucho la organización de torneos; siempre en un evento grande presto atención a cosas que vi en la universidad”, apuntaló sobre lo que concierne a su título universitario y la posibilidad de ejercer más adelante.
Sin embargo, por el momento, Gómez está abocado de lleno, a su carrera tenística. La gran semana en Córdoba, dice, no le cambia su gran meta para el corto plazo que es alcanzar la qualy de los Grand Slams, algo para lo que necesita escalar, aproximadamente, 100 puestos más en el ranking. Sin embargo, reconoce que su gran nivel le permitió afianzarse desde lo mental.
“Lo que pasó en Córdoba me dio un panorama de que tranquilamente puedo competir contra jugadores que están en el Top 100. Es una cuestión de convencerme a mí mismo y seguir haciendo las cosas bien para seguir progresando. Me vengo sintiendo muy bien y eso me motiva mucho para seguir compitiendo”, analizó.
Y para concluir, Gómez se refirió a una de las delicias de la gastronomía tucumana, que aún no pudo probar: el sánguche de milanesa. “La familia de mi entrenador, que desgraciadamente falleció, es tucumana, y he probado las empanadas tucumanas; me dijeron que tengo que probar el sánguche de milanesa, pero no lo puedo hacer en competencia. Esperemos que el domingo, después de ganar el torneo, pueda darme el gustito”, anticipó Federico, en tono jocoso, pero anticipando sus intenciones: vino a la provincia a pelear por el título.