En medio de la epidemia de dengue que atraviesa el país y el incremento de precios de repelentes en farmacias y supermercados, un video de dos minutos se viralizó en redes sociales, con una propuesta casera para alejar mosquitos. Sin embargo, la sugerencia trajo más dudas que certezas.

“Ya que el repelente está carísimo, yo les voy a dejar una forma de combatir esta ola de mosquitos y ayudar al bolsillo”, comenta el protagonista de este video quien mezcla agua y vainilla en un rociador, para luego asegurar que es totalmente efectivo contra la picadura de estos insectos.

El hombre no dice su nombre aunque se presenta como ingeniero del INTA e indica que la fórmula ya fue probada por todos sus compañeros de trabajo.

¿Es realmente efectiva la mezcla? La pregunta se la realizó LA GACETA a Giselle Alejandra Rodríguez, doctora en Ciencias Biológicas y becaria postdoctoral en la sede Tucumán del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT).

Para empezar, la especialista remarca que “todo lo que tape nuestro olor corporal, que es producto producto del propio metabolismo, ayuda; es decir lo que cubra el olor al dióxido de carbono que expelemos los seres humanos”.

“A través de este olor, las hembras de los mosquitos nos ubican, especialmente las de Aedes aegypti, que tienen preferencia para alimentarse de humanos; entonces, cualquier perfume o aroma que cubra lo mencionado puede ayudarnos”, remarca y aclara: “el tema es la eficacia y la duración de los productos que nos colocamos”.

“No hay un trabajo científico que respalde lo que se viralizó acerca de la esencia de vainilla. Sí hay trabajos publicados con respecto al olor de distintos jabones que son útiles. Lo que pasa es que el cuerpo tiene la tendencia a volver a su estado natural y restituir los ácidos y demás componentes”, añade Rodríguez.

Repelentes químicos

La diferencia entre estas recetas caseras que suelen circular a través del boca en boca y en la actualidad, volverse masivas por internet, con los repelentes que se venden en farmacia son varias y la doctora se refirió a una de las más importantes: la duración.

“Los repelentes químicos, aparte del aroma, tienen un componente conocido como DEET que viene en distintas concentraciones, que marcará la frecuencia de dosificación, es decir cada cuánto hay que aplicarlo”, explica Rodríguez.

Y en este sentido deja un dato que no todos conocen: el color de los envases no es estético, sino que tiene un propósito: “el verde tiene un 25% y es el que más dura (entre seis y ocho horas); los naranjas 12.5% y hay que aplicarlo cada cuatro horas aproximadamente”.

Citronela

La citronela en una hierba natural que a menudo se utiliza como repelente natural, pero los expertos siempre destacan que no es muy efectiva y su efecto no es duradero.

“Esta suele recomendarse en los bebés, en edades en los que todavía los repelentes químicos no son recomendados (menores de tres meses). Aunque de todas maneras es necesario tomar otras precauciones complementarias como el uso de tules, ropa liviana que cubra la mayor parte del cuerpo, telas mosquiteras y la no exposición a los exteriores en horas pico de actividad si no hay necesidad”, señala Rodríguez,

“Hay que evitar el contacto con los mosquitos adultos, y eliminar los criaderos de las formas inmaduras para reducir la abundancia, y por ende, la posibilidad de picaduras”, refiere la doctora para finalizar el tema con más medidas preventivas .

Cuál elegir

Un informe difundido por el Conicet establece que para protegerse específicamente contra el Aedes aegipty hay que tener en cuenta que los productos elegidos deben contener DEET, ingrediente que suele estar indicado en el envase del repelente, por lo que es fácil de identificar a la hora de elegir un producto.

Además, para que su aplicación sea correcta, el repelente deben aplicarse directamente sobre la piel y seguir las instrucciones de uso de cada uno, ya que su efecto tiene una duración variable según la temperatura, la transpiración o la exposición al agua. A medida que transpiramos, el repelente se diluye en nuestro sudor y va perdiendo su eficacia. Por eso es necesario ir renovándolo.

Esto determina que en algunos casos se recomiende que sea reaplicado cada dos, seis o 12 horas. También depende de cada organismo.

Mitos

La importancia de prevenir el contagio del dengue no da espacio para que caigamos en recetas caseras o en otros mitos que, en realidad, desinforman, y que pueden llevarnos a no cuidarnos como corresponde.

Se dice, por ejemplo, que usar jugo de limón, vinagre y ajo sobre la piel evita las picaduras. O que también ayuda consumir vitamina B.

Otro mito es que si ponés borra de café en el agua de las plantas se puede matar las larvas de los mosquitos. No. Lo que hay que hacer es renovar el agua de los floreros y de las macetas.

También es un mito que los mosquitos solo pican de noche. Depende de la especie. No es el caso del Aedes aegypti, que si bien tiene su mayor actividad en general al amanecer y al atardecer, puede picar durante todo el día. Pero de noche, está prácticamente inactivo.

En cuanto a que los mosquitos pican debajo de la ropa, es verdad que algunas especies sí lo hacen. Suelen ser mosquitos grandes, como el Aedes albifasciatus, uno de los protagonistas de la ola de mosquitos que invade por estos días Buenos Aires. (Producción periodística: Ariane Armas)

Dengue: sintomatología

Ante la constante suba de casos de dengue en la provincia, la consulta precoz es otra medida preventiva de importancia, que ayuda a evitar su propagación.

Los síntomas son fiebre (38° o más) acompañada de:

· Dolor de cabeza, detrás de los ojos

. Dolor muscular y/o de articulaciones

· Náuseas y/o vómitos

· Cansancio intenso

· Aparición de manchas en la piel

· Picazón

· Sangrado de nariz y/o encías prevención

· Usar repelente siguiendo las recomendaciones del envase.

· Ponerse ropa clara que cubra  brazos y  piernas, especialmente durante actividades al aire libre.

· Colocar mosquiteros en puertas y ventanas.          

· Usar repelentes ambientales.