Los precios de los combustibles volverán a subir esta semana, cuando se aplique una nueva actualización del impuesto a los combustibles líquidos, como definió la AFIP por pedido del Ministerio de Economía. Según cálculos privados, el impacto final en los precios de surtidor sería de 3%, aproximadamente, a nivel nacional. Sin embargo, se espera que las empresas apliquen una suba adicional para trasladar el aumento de sus costos y para recomponer rentabilidad.

El impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono (ICL e IDC) subirá 51% el próximo viernes, el primer día de marzo. “En naftas, eso implica una suba promedio de $26 por litro a nivel país, pero que será mayor en las zonas centro y norte, donde no hay exenciones impositivas. En gasoil, la suba del impuesto es de $21 por litro”, dijo la economista Patricia Charvay, de la consultora Economía y Energía.

En la Ciudad de Buenos Aires (CABA), el aumento en surtidor por la actualización de los impuestos sería de 4,4%, según cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). “El 1° de marzo, el incremento del impuesto de monto fijo sube $33, que eleva el tributo desde $65 por litro a $98 en CABA; es decir, una suba del 50%. Considerando el precio de un litro de nafta súper en CABA, esta actualización del tributo (bajo el supuesto de traslado pleno) implicaría pasar de un valor de $750 a $783, lo que significa una suba de 4,4%”, dijeron.

Además de la actualización del impuesto, las empresas petroleras podrían aplicar un aumento mayor para trasladar el alza de sus costos. Si bien los precios de los combustibles subieron 6,5% el 1° de febrero pasado, las empresas dijeron que se debió íntegramente a la actualización del impuesto a los combustibles y al aumento de los costos de los biocombustibles. “En realidad, en febrero estamos -2% abajo”, dijeron en YPF, haciendo referencia a la devaluación mensual del tipo de cambio oficial, que no se trasladó al surtidor.


Hasta hoy, los precios de YPF en CABA son: la nafta súper, $744; la nafta premium, $918; el gasoil súper, $784, y el gasoil premium, $998Alejandro Guyot

A principio de mes, el Gobierno “descongeló” el tributo que grava a los combustibles, que estaba sin modificación desde julio de 2021 y que debe actualizarse cada tres meses, tomando como cálculo la variación de la inflación acumulada en ese período. El Gobierno aplicó una suba por el atraso de 2021 y 2022, y difirió para los próximos meses los aumentos que correspondían a la inflación de 2023.

Las empresas refineras trasladaron la actualización impositiva al valor final del surtidor y aplicaron una suba adicional de dos puntos porcentuales por el aumento del bioetanol y el biodiesel, que se usa como corte en la producción de nafta y gasoil, respectivamente.

Hasta hoy, los precios de YPF en CABA son: la nafta súper, $744; la nafta premium, $918; el gasoil súper, $784, y el gasoil premium, $998.

Los precios de los combustibles aumentaron 86% desde que asumió Javier Milei, repartido en tres incrementos de 38%, 27% y 6,5%. La suba tan pronunciada en poco tiempo se explica por el incremento de las dos principales variables que inciden en los costos de las empresas refinadoras: el tipo de cambio, ya que los contratos están dolarizados, y el valor del barril de petróleo.

En diciembre, el Gobierno no solo aplicó una fuerte devaluación de 56% de la moneda, sino que también dejó de presionar sobre el precio interno del barril de petróleo que se comercializa en el país y que era más barato que el internacional. De esta manera, el sector comenzó a acomodar los costos internos al nuevo contexto de liberalización de mercado.

El año pasado, mientras las productoras de petróleo vendieron sus barriles en el mercado interno a las refinerías a un precio promedio de US$61, el valor de exportación fue US$72, acorde con la cotización promedio del Brent, que se toma de referencia en el país. Se trató de una brecha de 18%, que las dos partes del sector privado (downstream y upstream) buscarán cerrar este año.