Llegar a casa con calor después de un arduo día de trabajo y contar con un vaso de agua fresca en la mesa; bañarse después de hacer ejercicio; refrescar a las mascotas... Todo esto puede verse como algo cotidiano, pero no para los vecinos del barrio El Mirador desde hace, al menos, 20 días.
Los cortes se vuelven frecuentes durante el verano por la alta demanda, mientras que la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) informa que estamos atravesando una crisis hídrica y que el suministro debe racionalizarse de manera consciente.
“Venimos con problemas desde hace cuatro años, hicimos varias notas para presentar en diferentes organismos. En esta ocasión ya llevamos 20 días sin agua y no recibimos ninguna respuesta”, sostuvo Eliana Scarafile. Junto a sus vecinos del barrio El Mirador, ella pide que se solucione el tema de una vez.
Sacrificios habituales
Lo que para muchos puede es un acto cotidiano, para otros puede tratarse de un lujo. Sufrir la falta de agua en épocas tan húmedas y calurosas en la provincia puede ser un martirio para cualquiera y los vecinos del barrio lo saben. Así expresaron sus aflicciones a LA GACETA.
“A mi nieta de dos años la tuvimos que bañar con agua mineral, hacía mucho calor y no teníamos de dónde sacar agua, así que recurrimos a eso. No es que a uno le sobra, pero no teníamos otra opción”, apunta Lilia Magno, otra de las vecinas afectadas. “Lavo los platos con agua mineral. Tengo que gastar nafta para ir y volver a cargar bidones de agua en la casa de mi hija, sumado a pagar la boleta del agua por un servicio que no tenemos”, continuó.
Otra de las vecinas del barrio que se expresó fue María Curubeto. Ella transita una licencia por discapacidad y no dudó en quejarse por la situación. “Cobro una pensión no distributiva que no me alcanza para pagar absolutamente nada del agua que necesito. Agradecemos cuando llueve porque podemos juntar algo. A mi gato le tengo que dar agua de lluvia”, relató.
Reclamos
Las notas y reclamos se han vuelto comunes en una zona en la que el problema parece volverse recurrente, mientras la paciencia de los vecinos se agotó. “Tenemos un amparo porque desde hace años presentamos notas a las autoridades para dejar de sufrir con el agua. Un inspector vino y constató que no teníamos el servicio. Los reclamos están debidamente presentados, pero lamentablemente los tiempos de la administración no son los mismos tiempos de la necesidad de la gente”, agregó Scarafile mientras tomaba la poca agua que quedaba en una de las botellas.
“Es horrible llegar del trabajo con 40 grados y no poder bañarse. El barrio El Mirador no tiene ningún problema, contamos con la infraestructura y los pagos al día, pero el problema es el desvío del agua. No es justo”, agregó María Silvina Rojas.
Los vecinos afirman que la causa del problema es la desviación de la red de agua hacia barrios sin infraestructura. “Los pozos de agua sólo pueden abastecer a las manzanas del barrio El Mirador, es decir 307 familias. Tenemos la infraestructura y todas las boletas al día, pero es imposible abastecer a todos los barrios de los alrededores que no están empadronados con el agua que le corresponde a un solo barrio”, indicó Lilia Magno.
“El delegado comunal es el único que puede mediar para que se leven a cabo las obras necesarias. Tampoco pretendemos que les corten el agua a todos los barrios cercanos, pero exigimos que nos den lo que nos corresponde por ley. Queremos un diálogo abierto con el delegado comunal y con el director de la SAT”, enfatizó Scarafile.
“Nos sentimos desprotegidos y abandonados por el Gobierno, nadie nos mandó un camión con agua o algo para ayudarnos, incluso estando al tanto de la situación. Así nuestros reclamos se quedarán siendo una cuestión diplomática”, recalcó Magno.
Voces oficiales
“En diciembre y enero la SAT cambió y repotenció las bombas en los dos pozos de agua del barrio El Mirador. El problema es que desde esos pozos se les da agua a varios barrios privados y a otros que no están empadronados y se conectaron a la red de agua del barrio”, informó Marcelo Caponio, director de la SAT.
En medio de la desesperación de los vecinos, el delegado comunal afirma haber encontrado un remedio al problema. “Me comuniqué con los dueños del barrio privado Portal de Roble, que tiene un pozo de agua propio y que aún no funciona. Medié con la SAT y con los desarrolladores del barrio para que el emprendimiento entregue el pozo, con el fin reforzar el agua para los barrios cercanos. Estamos trabajando, no nos hacemos los distraídos”, comentó Gastón Biagosch, delegado comunal de Cebil Redondo.
Respecto a esa posible solución, Caponio dijo: “junto con el delegado comunal estamos trabajando para conseguir un transformador para hacer funcionar la provisión de agua con el pozo del barrio Portal de Roble. Es cuestión de esperar a que eso llegue. La semana que viene quizás podamos empezar a gestionar la obra para hacer funcionar el nuevo pozo”.
“Lamentablemente, los tiempos administrativos no van de la mano con la necesidad de la gente”, declaró el delegado comunal. (Producción periodística: Leandro Díaz).