Transcurren los primeros meses del 2006 y todos los ojos del fútbol argentino se posan en la campaña que realiza Boca, bajo la conducción técnica de Alfio “Coco” Basile. Ese equipo, que finalmente logró el bicampeonato con la conquista del torneo Clausura, solo perdió dos encuentros y enamoró a más de uno con su fútbol de alto vuelo. En la vereda del frente, River de Daniel Passarella da pelea hasta el final con figuras de la talla de Daniel Montenegro, Ernesto Farías y Gonzalo Higuaín, entre otros.
Tantas expectativas generaban ambos equipos en el país, que las distintas provincias del Norte buscaban incesantemente ser sede de un partido oficial del superclásico o al menos darse el mimo de albergar un amistoso. Si bien un duelo entre “xeneizes” y “millonarios” genera un sinfín de emociones positivas, esto no siempre se da así.
Tucumán había prometido albergar el superclásico para fines de mayo de ese año. Pero antes de conocer si se jugó ese partido en el “Jardín de La República”, debemos retornar al antecedente poco favorable que se dio en la provincia vecina de Salta.
En el marco de la tradicional pretemporada durante los últimos días de enero, tanto Boca como River accedieron a disputar la “Copa Desafío” en “La Linda”. Una especie de revancha del duelo amistoso que ya se había jugado en Mar del Plata.
Para el cruce en el “Padre Ernesto Martearena”, se habían vendido unas 15.000 localidades y todos los hinchas esperaban ver a dos equipos repletos de fíguras. Algo que no sucedió y que generó bastante enojo tanto en los fanáticos como en el Gobierno de esa ciudad.
Basile preservó a Hugo Ibarra, Juan Krupoviesa, Sebastián Battaglia, Federico Insúa, Fernando Gago, Daniel Bilos, Rodrigo Palacio y Martín Palermo. Mientras que River ni siquiera viajó con su técnico Passarella.
Los de Núñez tuvieron como DT en el banco al ayudante de campo Héctor Pitarch, quien presentó una formación completamente alternativa. El “millonario” preservó a los habituales titulares con miras a los playoff de la Copa Libertadores contra Oriente Petrolero.
Ante esta situación, la respuesta del organizador del evento Julio Castillo no demoró en llegar.
“Con actitudes así el torneo de verano se cae a pedazos y posiblemente no vuelva a hacerse, ni aquí ni en Mar del Plata. A River no le importa ni le interesa el Interior. Ya hizo un papelón el año pasado en Salta cuando se fue de la cancha en un partido con Racing con todas las entradas vendidas”, había declarado Castillo en Radio La Red y además elogió el respeto que le puso Boca al traer a la mayoría de sus figuras. “Passarella se pone a cubierto porque si gana River los pibes quedan como los grandes actores, los grandes protagonistas y si pierden no pasa nada. Pero cuidado que Boca podría ganar por muchos goles”, advirtió el organizador del evento.
Finalmente el partido se disputó a estadio completo y el triunfo sorpresivamente quedó en manos de River, por 3 a 0. De esa manera, el “millonario” logró su primera victoria en 2006 con los tantos de Jonathan Santana, “Rolfi” Montenegro y Gustavo Oberman.
El superclásico y Tucumán como posible sede
Superado el superclásico de verano en Salta, con un poco de bronca generalizada, llegaría el turno de nuestra provincia.
En marzo de ese mismo año, con ambos equipos en plena competencia, llegaría un anuncio que despertaría el interés en más de un tucumano. El Gobernador José Alperovich le había asegurado a LA GACETA que se iba a disputar un superclásico el 28 de mayo, con mayoría de figuras.
“En Tucumán hay muchos hinchas de Boca y de River. Me daría mucha alegría poder hacer feliz a la gente”, había declarado Alperovich.
Mientras que la sede de ese partido iba a ser el estadio de Atlético: el “José Fierro”. Si bien “La Ciudadela” también era una opción, finalmente se había desistido.
La llegada de ambos clubes significaba algo histórico para Tucumán y por ende, también una inversión de aproximadamente $100.000.
Cabe destacar que la única condición que había impuesto el Gobernador para la realización de este evento era que tanto Boca y River jueguen con sus titulares. Eso sí, a excepción de los que sean convocados para el Mundial de Alemania. Esto último para evitar, de alguna manera, lo sucedido unos meses antes en Salta.
Sin embargo, pasaron los meses y el tan ansiado partido jamás se disputó. Todo quedó en promesa y nunca se esclarecieron los verdaderos motivos.
En ese sentido, LA GACETA se comunicó con José Benegas, quien en ese entonces se desempeñaba como Subsecretario de Deportes de la provincia. Al ser consultado sobre el superclásico, “Cacho” Benegas evitó dar precisiones, pero se mostró agradecido por lo logrado en su cargo.
“Creo que ese tiempo ya pasó, para mí al menos. Fui muy feliz trabajando en deportes de la provincia. La consigna mía era que todos hagan alguna disciplina para mejorar. Esos eventos eran organizados por otros entes. Si bien eso era bueno, no llegaba a ser lo más importante”, sentenció Benegas.
El año 2006 quedará marcado a fuego para los tucumanos, quienes estuvieron a nada de presenciar el superclásico. Este evento que finalmente no se desarrolló invita a plantearse varias preguntas. ¿Está Tucumán en condiciones de recibir un partido de estas magnitudes? ¿Cuál sería la sede elegida para jugarlo? ¿Lograremos ver un Boca-River en nuestra provincia?