Además de marcar el fin del ciclo de Favio Orsi y Sergio Gómez al frente del equipo, la derrota de Atlético ante Riestra por 0-1, el pasado lunes, significó también el quinto partido consecutivo en el que el “decano” no pudo convertir. Buena parte de su pobre producción en esta Copa de la Liga (tres puntos de 18 posibles) se explican desde ese déficit: apenas convirtió un gol en seis fechas. Sólo Tigre, que hasta ahora no marcó en el torneo, tiene menos tantos que el equipo de 25 de Mayo y Chile.
Esta marca no es totalmente inédita en la historia de Atlético, pero hay que remontarse varios años atrás para encontrar una mala racha similar. La última vez que el “decano” estuvo cinco partidos consecutivos sin poder convertir fue en el Nacional B de 1992-93, certamen en el que el “decano” culminó en el 12° lugar entre 22 equipos. Tras igualar 2-2 con Central Córdoba de Rosario como visitante, con goles de Carlos Karabín y Juan Carlos Cataldo, por la fecha 13, Atlético sumó tres derrotas por 0-1 (ante Atlético Rafaela en Tucumán, ante Talleres de Remedios de Escalada y Laferrere como visitante), y dos empates 0-0 (ante Colón en el José Fierro y ante Sportivo Italiano como visitante). Recién en la fecha 19 pudo volver a anotar y en cantidad: derrotó, como local, 3-2 a Chaco For Ever. Walter Jiménez, de penal, fue el encargado de cortar la mala racha, acompañado luego de los tantos de Roberto Cerino y Karabín.
Ahora, similar situación atraviesa el “decano”, que lleva 460 minutos sin anotar, desde el tanto de Mateo Coronel, en la primera fecha, que sirvió para empatar 1-1 ante Rosario Central. Desde entonces, obtuvo dos empates y tres derrotas, mismo saldo que durante la última mala racha goleadora.
Por supuesto que uno de los principales factores para explicar esta situación es el flojo momento que atraviesan los delanteros del equipo, que también tienen su propia sequía personal. Marcelo Estigarribia, delantero centro titular del combinado que dirige, interinamente, Diego Barrado, lleva seis partidos sin convertir; una cantidad alta para alguien que vive del gol. El último que anotó el “Chelo” fue, justamente, en la última victoria de Atlético: el 2-1 sobre Gimnasia de La Plata, por la fecha 13 de la Copa de la Liga 2023. En este torneo, tuvo sus chances, pero no pudo aprovecharlas. “Tengo que mantener la tranquilidad, no volverme loco y seguir intentándolo como lo hago siempre”, respondió a LA GACETA, post derrota ante Barracas, por la fecha 4.
Nicolás Servetto, que parece ser la primera opción a la hora de reemplazar a Estigarribia, también arrastra una racha negativa: lleva nueve encuentros sin convertir, con la salvedad de que sólo fue titular en el último de ellos, la derrota 0-1 ante Riestra. Para Coronel, por su parte, el tanto del empate ante Rosario Central, fue el primero suyo después de seis partidos; y desde entonces, no pudo volver a convertir tampoco.
Las estadísticas también reflejan la poca efectividad que tiene Atlético en ataque. Según el sitio web FBref, Atlético es uno de los equipos que más intentó rematar al arco: 85 veces, sólo por detrás de Talleres, Estudiantes, River, Godoy Cruz y San Lorenzo; el ”decano” tiene un promedio de 13,8 intentos por partido. Sin embargo, sólo 23 de esos tiros, es decir, un 27,1%, fueron al arco.
Y si se habla exclusivamente de tiros al arco, Atlético tiene un total de 23, ubicándose en el 11° lugar entre los 28 equipos de Primera; y aún así, con un promedio de 3,83 remates al arco por partido, es el segundo que menos tantos pudo anotar. Su porcentaje de eficacia es bajísimo: 4,34%
Claro que no todo se explica solamente por la baja efectividad en jugadas claras: en Atlético, por momentos, también falla la creación de oportunidades. Y una estadística que refleja esto es que es el octavo peor equipo en cuanto a pases acertados por partido, con 230.
Está claro que son muchos los aspectos que deberá trabajar Atlético para cambiar su presente. Como también es innegable que cortar esta sequía y volver a convertir, es el paso más importante que deberá dar; después de todo, sin goles, es imposible ganar en el fútbol