El Presidente se equivoca. En el Congreso hay mucha gente valiosa y de la otra. No es una cueva de ratas. El presidente no es un monarca ni un dictador. La política es el arte de convencer. Se gobierna acordando, concertando, que no quiere decir necesariamente ser un corrupto o renunciar a los principios o ideas rectoras de un gobierno. Insultar a López Murphy, atacar a una cantante, son actitudes infantiles de un señor con inestabilidad emocional y poco conocimiento del arte de gobernar. Con una ley como la de Bases, era esperable que hubiera criterios diferentes, pero por suerte tanto la reforma del Estado como la desregulación y otros cambios imprescindibles, fueron acordados en la votación en general. Ciento cuarenta y cuatro votos recibió como apoyo en general, la ley Bases. Pero es sabido que determinados ítems, como las concesiones extraordinarias, no serían aprobados. El Presidente debe aprender a negociar sin agredir, y manejar con sentido común su gobierno, renunciando a las rabietas adolescentes.

Esteban Tortarolo 

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