“Esto se acabará cuando pase algo mucho más grave. Pareciera que no se detendrán hasta que haya un muerto. Ahí todos comenzarán a hablar, a pedir más medidas y a cuestionar por qué no se actuó antes”, sostuvo Lourdes Casanova. La mujer, madre de dos hijos, vive a pocas cuadras de Recórcholis, el boliche que está ubicado en avenida Aconquija al 1.400, en el corazón de Yerba Buena. Allí se registró ayer una pelea en la que un joven fue herido de una puñalada en una de sus piernas. La víctima recibió el alta después de haber sido atendida en un centro asistencial.

M.J.Y (28 años), domiciliado en esa ciudad, asistió a ese centro nocturno acompañado por su hermano S.Y (24). Ayer, pasadas las 5, decidieron regresar a su casa. Según denunciaron, cuando estaban en la puerta del local, fueron atacados por un grupo de desconocidos que comenzaron a agredirlos físicamente. Fuentes policiales agregaron que los jóvenes intentaron defenderse. Uno de los atacantes, sacó un arma blanca (por la herida habría sido un cortaplumas) y lo hirió en la pantorrilla derecha.

El herido fue trasladado hasta el Centro de Salud, donde hizo la denuncia. Después de haber sido atendido, él y su hermano se retiraron del lugar.

Voceros de la firma confirmaron que ayer a la mañana se registró una fuerte pelea de jóvenes. Señalaron además que cuando los uniformados y personal de la Guardia Urbana Municipal llegaron, se produjo una estampida generalizada. “Siempre tenemos personal desplegado en la zona, pero a veces, por el cariz que toman los incidentes, como el sucedido ayer, terminan siendo insuficientes para frenarlos. Ellos piden refuerzos y, cuando llegan, se acabaron los problemas”, dijo una fuente del área de Seguridad del municipio, que reconoció no estar al tanto de que por la pelea se había registrado un herido.

Casanova reconoció no haber presenciado la pelea, pero sí dijo que uno de sus hijos pasaba por el lugar. “Llegó espantado a la casa. Me dijo que había visto cómo dos chicos se defendían de una feroz golpiza. Él no sabía que a uno lo habían herido. Me acabo de enterar por el comentario de una vecina. No puede ser que todos los fines de semana pase lo mismo”, opinó.

La noticia sobre la pelea corrió rápidamente por Yerba Buena. En las mesas de café dominicales fue el tema de conversación. “Creo que el consumo excesivo de alcohol y el nivel de violencia que hay en la gente es un combo demasiado peligroso. Hoy no estamos lamentando por esto, pero mañana puede haber un incidente mucho mayor”, explicó Fernando García.

Su compañero de charla, Gustavo Herrera, lo escuchó atentamente y señaló: “los tiempos han cambiado. Siempre existieron las peleas en las puertas de los boliches. Siempre fue estúpido que se generaran graves incidentes por una chica o porque alguien miró mal a otro. Pero lo preocupante es que ahora pareciera que no hay límites. Son capaces de matarse”.

María Laura de Jiménez no apuntó contra los jóvenes por su nivel de violencia, sino que dirigió todas sus críticas al sistema. “El mensaje no llega. Algo se está haciendo mal. El año pasado, la provincia tuvo un festival de problemas por las amenazas de bomba. La Policía y la Justicia actuaron, detuvieron y procesaron a varias personas y se acabaron. Esta sociedad cambiará cuando los ciudadanos se den cuenta de que existe castigo por violar la ley”, finalizó.