El equipo que trabajó con Alexey Navalny, muerto en prisión, denunció que el cuerpo del líder opositor ruso no fue entregado a la familia y acusó a los "asesinos" de "querer cubrir sus huellas", en medio del silencio oficial sobre el hecho que generó protestas y acusaciones de las potencias occidentales contra el Kremlin sobre su responsabilidad.
La portavoz del opositor, Kira Yarmish, indicó que la madre de Navalny, Liudmila Navalnaya, fue notificada de que murió el viernes a las 14:17 locales y pidió que sus restos sean entregados a la familia "inmediatamente".
Las autoridades indicaron que el cuerpo estaba en Salejard, una localidad cercana a la prisión del Ártico donde Navalny estaba recluido para cumplir una sentencia de 19 años.
Sin embargo, el equipo afirmó que su abogado, que llegó a esta ciudad junto a la madre del opositor, llamó a la morgue y fue informado de que "el cuerpo no está" allí, consignó la agencia de noticias AFP.
"Es evidente que los asesinos quieren cubrir sus huellas y por eso no entregan el cuerpo, ocultándoselo incluso a su madre", afirmó su entorno en una publicación en Telegram.
Yarmish indicó en la red social X (antes Twitter) que los investigadores le comunicaron al abogado que los resultados de un nuevo examen al que se someterá el cadáver no estarán disponibles hasta la próxima semana, y la vocera acusó a los funcionarios de "mentir" para retener sus restos y evitar entregárselos a su familia.
"Navalny fue asesinado", añadió la portavoz, exiliada como muchos disidentes para evitar la cárcel.
Las principales potencias occidentales, desde Estados Unidos, pasando por Alemania, España, Francia y el Reino Unido lamentaron el viernes la muerte de Navalny, de 47 años, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Moscú deberá responder a "serias preguntas" por su fallecimiento.