Si alguna vez escribiste el nombre de tu primer amor en las redes sociales esperando tener algún tipo de contacto, no sos el único ni la única. La doctora Nancy Kalish, psicóloga del desarrollo y profesora emérita de la Universidad Estatal de California, investigó el tema durante 15 años, según publicó en su sitio web la BBC.
Realizó dos encuestas que recopilaron respuestas de casi 3.000 personas de todo el mundo que se habían reconectado con sus amores perdidos hace mucho tiempo. En el primer trabajo, de 1993, descubrió que la mayoría de las personas que se estaban reencontrado eran solteras o viudas, y estaban juntas en cuestión de semanas. El 72% de los participantes se casaron. Once años después, Kalish decidió volver a examinar el tema por el desarrollo masivo de internet. Esta vez, descubrió que el 62% de los encuestados terminó teniendo una aventura con sus antiguos amores. Pero la tasa de éxito de los reencuentros, es decir, el matrimonio, cayó a un asombroso 5%.
Aunque las redes hicieron que fuera mucho más fácil para los ex amantes encontrarse y restablecer el contacto, ¿de qué depende que esa relación pueda tener éxito?, le preguntamos al psicólogo Gabriel Artaza Saade, autor de los libros “Una nueva virilidad: y otros ensayos sobre sexo y la época” y “Ni machirulo ni varón deconstruido”.
“Volver al primer amor puede deberse a las frustraciones que se experimentan en el presente. Si me siento fracasado, la actitud regresiva es el intento por ir a un lugar que considero seguro porque fue allí que me sentí en plenitud. Eso es una generalidad, por supuesto. Puede haber otras causas, como la de la película “Vidas pasadas” -candidata en los Oscars 2024-. Su argumento gira en torno a dos compañeros de escuela primaria en Corea. Ella, por decisión de su familia se muda a Canadá, mientras que él continúa su vida en su país natal. Ambos tienen 12 años cuando se separan por vez primera y transcurren doce años cuando van a volver a “encontrarse” por redes sociales y luego otros 12 años. En definitiva, apelando a una tradición de la cultura popular Coreana, hablan del destino de dos personas a estar juntas a partir de lo que denominan “In Yun”. Lo cual, a su vez se apoya en la idea de las vidas pasadas. Lo interesante del planteo, es que hay un orden superior a nosotros -los mortales- que nos trasciende y ya está escrito -en algún lugar- quién sería nuestra media naranja. Pero la lectura que se puede hacer de la conformación de esa pareja que muestra esta película, es que a ellos los une lo que no sucedió, ‘el fracaso de la relación’. Es decir, ellos fueron separados a los 12 años, por lo que no pudieron vivir ese amor que recién comenzaba en ese momento. Y la imposibilidad de vivir ese amor, va a alimentar la relación entre ellos. Los amores más imposibles son los que más enganchan. Como en Casablanca, o en la película ‘Con ánimos de amar’”, explica.
¿Las redes sociales nos pueden jugar una mala pasada?, le consultamos. “No creo que las redes sociales sean peligrosas. Creo que hay gente que se encuentra aburrida en su casa, frustradas e intentan compensar y aplacar su angustia a la búsqueda de espejitos de colores que son las redes sociales. Que persisten en una actitud adolescente que trasciende la edad biológica con actitudes regresivas. El consejo que les daría es el que canta Gustavo Cerati al final de la canción “Adiós”: ‘poder decir adiós es crecer’”, concluye el psicólogo, quien, a partir del análisis de series, canciones y películas pone a dialogar el psicoanálisis a través de reels que publica en cuenta de Instagram @gabrielartazasaade.