La firma de consultoría Audemus elaboró un informe donde evalúa el rendimiento de los diversos sectores en Argentina y pronostica una disminución promedio del 5% en la actividad económica que se suma al desplome de las pyme del 26,9%.
El informe presenta dos escenarios: uno "optimista" y otro "pesimista", y en ambos se observan descensos en 13 de los 16 sectores analizados. Los únicos sectores que se espera que crezcan son la agricultura, la industria petrolera y la pesca. Se anticipa que los mayores declives se producirán en la construcción, la manufactura y el comercio.
La recesión económica está impactando fuertemente en los indicadores. Un estudio realizado por la consultora 1816, muestra que en enero se registraron caídas generalizadas en varios aspectos. Entre los más destacados se encuentran los ingresos por impuestos sobre transacciones financieras, el registro de nuevas patentes de autos y motos, el índice de actividad de la construcción, la producción de cemento, las ventas al por menor y los préstamos otorgados al sector privado, entre otros.
El sector industrial y comercial: se prevé una disminución en la actividad productiva
Hacia el futuro, el panorama no es más prometedor. La consultora Audemus elaboró un análisis utilizando indicadores de actividad y modelos basados en el historial del comportamiento de los distintos sectores. Se tuvieron en cuenta dos escenarios, uno "optimista" y otro "pesimista", en ambos casos pronosticando descensos para 13 de los 16 sectores productivos durante el año 2024.
En este contexto, las únicas áreas que mostrarían un rendimiento positivo en 2024 son la agricultura, los hidrocarburos, la minería y la pesca. Por lo tanto, las mayores caídas se esperan en el sector de la construcción (con una variación entre el -14% y el -17%), la industria (con un rango entre el -9% y el -11,5%), y el comercio (con una oscilación entre el -11,5% y el -9%). Le siguen los "otros servicios" con descensos que oscilan entre el -9,5% y el -7,5%, y el transporte y las comunicaciones (con una variación entre el -8% y el -6,5%).
En general, se estima que la producción sufrirá una disminución promedio que oscilará entre el -4,9% y el -2,8%, dependiendo de si nos encontramos en el escenario optimista o pesimista, respectivamente. Según la consultora Audemus, la materialización de uno u otro escenario depende en gran medida de la obtención de "dólares frescos", que podrían ayudar a estabilizar la economía durante la segunda mitad del año. Explican que un tipo de cambio más firme podría actuar como un freno adicional a la inflación, evitando un aumento aún mayor de los precios.
En cuanto a la variación de los precios, en un escenario optimista se prevé que podría alcanzar el 284% interanual, con una disminución del 1,1% en el poder adquisitivo de mes a mes, incluso partiendo de la baja base de comparación que deja diciembre de 2023. Por otro lado, el segundo escenario anticipa una falta de financiamiento externo y supone un tipo de cambio mucho más volátil, con una inflación del 572% en el año y una reducción del poder adquisitivo superior al 9% de un mes a otro.
Dentro del sector manufacturero, aún se observa cierta diversidad. La agroindustria podría tener un panorama más favorable que otros subsectores, tanto por la expectativa de una buena cosecha que beneficiaría la molienda, como por tratarse de un consumo básico menos susceptible a las recesiones y por depender más de la demanda extranjera que otros rubros. Por el contrario, se anticipan caídas más pronunciadas en sectores que dependen en gran medida del mercado interno y que no son de primera necesidad, como la industria textil, el calzado, los muebles, los juguetes, la electrónica y los electrodomésticos, entre otros.
Por último, se espera que otros sectores como hotelería y restaurantes; las finanzas, la electricidad y el agua; los servicios inmobiliarios y profesionales; la enseñanza, la salud y los servicios domésticos también experimenten caídas significativas.