Dicen que una de las razonas por las que Lionel Scaloni había dicho aquella frase de "tengo que parar la pelota" luego de la victoria que Argentina tuvo ante Brasil en el Maracaná, tenía que ver con que, desde la AFA, no había mucho interés por buscar rivales de peso para los partidos amistosos. Algo de eso se vio reflejado, aunque no hubo quejas públicas, cuando se anunció que Nigeria y Costa de Marfil serían los rivales en marzo.
Selecciones de primer orden europeo es lo que se suele pedir. Casi sin querer a la AFA le salió lo requerido por Scaloni porque enfrentará al monarca africano de primer nivel. ¡Y vaya qué campeón! Pasó una floja fase de grupos, tuvo la destitución de su entrenador, llegó a los ocho mejores tras ganar por penales, en cuartos de final ganaron en el alargue y llegaron a semis por la mínima diferencia derrotando a República del Congo.
La final ante Nigeria no fue menos dramática para Costa de Marfil. El equipo que se viste de naranja empezó perdiendo por un gol de William Troost-Ekong a los 38' del primer tiempo, pero en el complemento lo dio vuelta. El empate fue obra de Franck Kessié y a falta de nueve minutos para el final, Sebastian Haller anotó para que Costa de Marfil se consagre campeón.
Con el título y lo que exhibieron los "elefantes" serán un excelente parámetro de medida para Argentina. Siempre y cuando la agenda de amistosos encuentre una nueva sede ante la cancelación de los partidos en China. El 18 de marzo iban a enfrentarse en Beijing, pero ahora se buscan otras ciudades en Estados Unidos, uno de los países organizadores de la Copa América que se jugará en junio, torneo que es el principal objetivo de la Scaloneta para esta temporada.