Ante el traspié legislativo de la llamada “ley ómnibus”, el Gobierno nacional evalúa convocar a un plebiscito para revalidar su mandato. Desde nuestra humilde opinión no correspondería hacerlo, dado el contundente 56 % de los votos obtenidos en el balotaje y cuando aún no transcurrieron ni dos meses de gestión. Como todo gobierno este será plebiscitado, tal cual lo establece la cConstitución, en las próximas elecciones de 2025. Seguramente hay votantes “arrepentidos” de su elección, pero la inmensa mayoría estamos conformes con lo hecho hasta ahora, que es exactamente lo prometido en campaña. Volviendo al tratamiento de la ley, hay que decir que nunca se le rechazó a un gobierno que recién comienza la primera ley que envía al Congreso. Obviamente, descartamos de antemano cualquier posibilidad de colaboración del peronismo perdidoso en 2023, con el obvio acompañamiento de la izquierda. Ya está sobradamente probado que el peronismo es la fuerza política que cuando es gobierno funde al país… y cuando es oposición lo incendia. Lo certifica su festejo final por la no aprobación, tal cual lo hicieron cuando se declaró el default en 2001. Ahora, con respecto a la llamada oposición dialoguista, que es la que se espera que apuntale la debilidad política de origen de este mandato liberal, resaltamos el voto opositor de parte del radicalismo, la Coalición Cívica, el peronismo “bueno” de Córdoba y Salta y el voto variopinto que encabeza el diputado Pichetto. Y hace muy bien el Gobierno en dar a conocer los nombres de los que votaron en contra (es información pública, no escrache), para que sepamos certeramente quiénes nos impiden salir del desastre en que estamos. Solamente fueron una treintena de votos que se opusieron a un inciso en particular, referido a los fondos fiduciarios de manejo nacional. Julio Cobos, Facundo Manes, Martín Tetaz, Roberto Sánchez (por el radicalismo), Margarita Stolbizer, son algunos diputados que llegaron con el voto popular expresando el cambio… y votaron exactamente en contra. O sea, defendiendo solamente su “quintita” y no el bien común de la Nación. El Gobierno ya redujo casi la mitad de los artículos iniciales de la ley, incluida la cuestión fiscal como prenda de buena voluntad para lograr su aprobación y ni aun así fue suficiente para lograr el acompañamiento necesario. Entonces hace bien el Gobierno si no insiste con su tratamiento, porque si no era aquí el traspié se iba a producir más adelante, dada la amplitud del articulado. Señores diputados “dialoguistas”: el pueblo argentino ya le dio mandato al presidente Milei para que realice las profundas reformas que se necesitan para salir de 40 años de fracaso. No nos interesa en absoluto si YPF o Aerolíneas son privadas o estatales, si cierra o no la televisión pública, etc, etc… Lo único que nos interesa es dejar atrás la decadencia en la que estamos y de la cual muchos de ustedes son corresponsables. Entonces obren en consecuencia… o háganse cargo cuando la ciudadanía les pase la factura.

Ricardo A. Rearte 

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