El golpe que recibió la Casa Rosada en el Congreso provocó furia y “sed de revancha” dentro del oficialismo. El fracaso de la sesión en la que se debatía en particular la Ley Ómnibus hizo estallar al presidente Javier Milei y a su entorno, que no dudó en tildar de traidores a los gobernadores y a los diputados “aliados” que no votaron favorablemente todos los artículos e incisos que se llegaron a debatir el martes. Sostuvieron que el Poder Ejecutivo cedió al reducir de 664 a 384 los artículos de la iniciativa.

Desde Israel

El enojo del Presidente por la derrota y por las consecuencias negativas que generó en los mercados se derramó en las redes sociales desde que se levantó la sesión en la Cámara Baja y fue creciendo durante la jornada de ayer. Desde Israel, en un encuentro con empresarios, Milei habló públicamente sobre el freno de la iniciativa y calificó de delincuentes y saboteadores a los legisladores que quisieron modificar artículos del proyecto. “El motivo por el cual ayer fue saboteado el proyecto es porque las partidas discrecionales a las provincias cayeron en un 98%, lo cual explica la traición de los gobernadores, que te dicen que quieren el cambio siempre y cuando lo suyo no se toque”, disparó.

El líder de La Libertad Avanza difundió a través de sus redes sociales los nombres de los diputados que votaron a favor y en contra de la iniciativa. “Los que traicionaron a sus votantes diciendo que estaban a favor del cambio, en realidad son kirchneristas de buenos modales. Estamos publicando las fotos de estos traidores para que la gente tenga claro quiénes son los que le mienten de modo directo a los argentinos”, mencionó. A su vez, afirmó que la derrota fue una estrategia para exponer a la casta.

“Prefiero que no salga nada antes que una mala ley y mucho menos una mala ley que siga defendiendo los privilegios de los políticos corruptos”, dijo Milei. Y añadió: “ponerse en contra de estos instrumentos (el DNU y la ley) los deja del lado de los ladrones, estafadores, mentirosos y corruptos que han hundido la Argentina”.

En el entorno del presidente asumen que la Ley Ómnibus no saldrá y que no tienen previsto insistir este año con ese tema. Ven inviable la posibilidad de que el texto vuelva a enviarse para ser tratado en comisión. Buscarían entonces tratar de aplicar el plan de gobierno a través de otros instrumentos legales como decretos.

Claves del conflicto institucional

¿Qué significa el regreso a comisiones de la Ley Ómnibus’?

Tras una seguidilla de derrotas en artículos clave de la Ley Ómnibus, La Libertad Avanza pidió regresar la iniciativa a comisiones legislativas y se decidió por mayoría levantar la sesión. La determinación sorprendió a gran parte de las bancadas, dado que la Ley de “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” había sido aprobada en general. ¿Qué implica dicha decisión según el reglamento de la Cámara de Diputados?

El Artículo 155 del reglamento de Diputados establece -sin lugar a equivocaciones- qué ocurre cuando un proyecto que vuelve a comisión, como sucedió con la iniciativa que envió el presidente Javier Milei. La normativa aclara que “un proyecto que, después de sancionado en general, o en general y parcialmente en particular, vuelve a comisión, al considerarlo nuevamente la Cámara, se le someterá al trámite ordinario como si no hubiese recibido sanción alguna”.

En el caso de la Ley Ómnibus, esta deberá analizarse desde un inicio y para ello será sometido a debate en un plenario de comisiones de Legislación General, Presupuesto y Hacienda, y Asuntos Constitucionales. Una vez que se obtenga un nuevo dictamen, se podrá convocar a una sesión en el recinto para que los parlamentarios puedan volver a debatir el tratamiento general de la ley. Es decir que  queda sin validez la aprobación en general que se dictó el pasado 2 de febrero, luego de tres días de sesión. Así las cosas, la norma que promueve la Nación nuevamente debe ser analizada desde cero.

¿En qué puntos se empantanó el debate por la Ley Ómnibus?

La votación en particular de la Ley Ómnibus comenzó bien para el oficialismo. Los primeros artículos (el objeto, el propósito y la declaración de las emergencias) se aprobaron por mayoría, sin inconvenientes. En el cuarto comenzaron los traspiés, ya que la oposición solicitó que los incisos donde tenían reparos se voten de manera individual y nominal. Así las cosas, La Libertad Avanza no consiguió las voluntades suficientes que salgan por mayoría los incisos H, I y J, vinculados a delegación de facultades para modificar fideicomisos o fondos fiduciarios y para regular el sector energético. Pero las complicaciones que generaron el estrepitoso desenlace comenzaron al abordar el quinto artículo, destinado a la reforma del Estado. También, fue votado inciso por inciso, pero tuvo dificultades tanto para ser aprobado como para comprender los temas que aborda.

Fueron rechazados el A, C, E y F con mayoría de votos negativos y sin abstenciones. También el D, al que además dos diputados se abstuvieron. Solo obtuvo la aprobación el B, que busca “regular e implementar la mejora de la profesionalización de la carrera administrativa de los agentes de la Administración Pública nacional mediante un sistema de acceso y promoción en función del mérito y la obtención de logros y metas objetivas preestablecidas”.

Se llegó a votar y aprobar el sexto artículo, referido al sistema de contrataciones públicas, instantes antes de que el oficialismo solicitara un cuarto intermedio y el posterior regreso a comisiones del proyecto.

¿Era la única solución frente a la falta de acuerdo?

No. Luego del cuarto intermedio el oficialismo podría haber solicitado a la Presidencia de la Cámara de Diputados que se vote un nuevo cuarto intermedio, de modo de poder avanzar con las negociaciones e incorporar los cambios que se fueran acordando al dictámen en consideración. La bancada que representa al Gobierno, sin embargo, se mostró inflexible y decidió ir por otro camino.

¿Por qué se dijo en un principio que la ley no volvía a foja cero?

Se trató de una equivocación, según reconoció el propio Oscar Zago, presidente del bloque de LLA. Apenas se levantó la sesión manifestó a los medios que el proyecto retornaba a comisión, pero que se sostenía la aprobación en general. “Se vuelve a la comisión y, de la comisión, se trata de vuelta y se vuelve a acompañar el nuevo dictamen. No está todo en foja cero. No es que no sabemos, que no conocemos las reglas y el reglamento”, afirmó a LN+. Momentos después, dijo que se había confundido en su primera apreciación, en el reportaje en el Congreso al finalizar la sesión: “Me equivoqué en una entrevista cuando dije ‘lo votamos en general, ya está'. Cuando se vuelve a comisión, se vuelve a discutir todo”.

¿Qué va a pasar de ahora en más?

Los presidentes de las comisiones de Legislación General, de Presupuesto y Hacienda, y de Asuntos Constitucionales deberán citar a sus miembros a una reunión plenaria para generar nuevos acuerdos. Una vez que se firme un dictamen superador, que ostente mayores niveles de consenso y, en consecuencia, sea capaz de atraer más votos, este deberá ser puesto a consideración de la Cámara en una próxima sesión. A su vez, la Nación podría solicitar a sus parlamentarios que no insistan con la Ley Ómnibus (algo que ya anticipó Milei) o bien podría retirar la iniciativa original y/o presentar una nueva. En ninguno de los casos hay plazos a seguir.

¿Qué otras posibilidades tiene el Gobierno?

La Casa Rosada indicó que analiza otras herramientas legales para avanzar con la Ley Ómnibus, según reconoció el vocero presidencial, Manuel Adorni. Una posibilidad -dijo- es convocar a un plebiscito o tomar las medidas mediante decretos. “La ley va a ser realidad”, expresó y consideró que “en algún momento la política se dará cuenta de lo que quiere la gente”. De todos modos, el resultado de un plebiscito no es vinculante para sacar una ley.

¿Existen antecedentes de vuelta a comisión?

Existen, pero de modo excepcional. En 2016, el régimen de Participación Público Privada (más conocido como “PPP”) promovido por la administración de Mauricio Macri (Cambiemos) tuvo un revés similar, informó el portal Chequeado. Contando ya con sanción del Senado, fue llevado al recinto el 26 de octubre, pero sin acuerdo en su redacción, se resolvió su vuelta a comisión. La diferencia es que en aquella ocasión no se había votado ni en particular ni en general. La cuestión se zanjó con un nuevo debate en comisión, donde se acordaron cambios. La iniciativa regresó al recinto y se aprobó con los cambios (es la actual Ley 27.328). En 2018, en tanto, la “Ley Anti barrabravas” de prevención y represión de delitos en el ámbito deportivo recorrió un trámite similar al que tiene hasta el momento la Ley Ómnibus: se aprobó en general y en particular hasta el noveno artículo, pero surgieron diferencias en el recinto y se devolvió la iniciativa a comisiones. En ese caso el proyecto no volvió a ser tratado.