La Corona británica confirmó ayer que el rey Carlos III tiene cáncer y que tomará un parate en sus actividades públicas para realizar su tratamiento aunque, según trascendió, continuará atendiendo asuntos de Estado. La enfermedad fue diagnosticada tras una intervención quirúrgica en la próstata.
Luego de que la noticia sobre el estado de salud del rey Carlos saliera a la luz se supo que el príncipe Harry, quien actualmente vive con su familia en Estados Unidos y se mantiene alejado de la Corona británica, habló con papá. Según confirmó la BBC, el quinto en la línea de sucesión viajará a Reino Unido en los próximos días.
La noticia sobre la visita de Harry, de 39 años, a Reino Unido llamó la atención debido a la tensa relación que existe entre él y Carlos III. La última vez que el quinto en la línea de sucesión al trono británico estuvo con su familia fue en mayo de 2023, en la coronación de su padre como rey.
Los problemas entre el rey y el príncipe llegaron al punto más álgido cuando él y su esposa, Meghan Markle, señalaron a la familia real de supuesto maltrato y racismo, en una entrevista que ambos otorgaron a Oprah Winfrey, en marzo de 2021. Harry y Meghan se mudaron a Estados Unidos, tras renunciar a sus roles senior en la casa Windsor, en un movimiento que fue nombrado “Megxit” por la prensa, en 2020.
La salud de Carlos III a lo largo de los años
Carlos III, que se convirtió en rey tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, el 8 de septiembre de 2022, ha gozado en general de buena salud, salvo lesiones en los deportes que practica, como polo y esquí.
El monarca salió el pasado 29 de enero del hospital en el que estaba ingresado, tras haber sido operado tres días antes de una hipertrofia “benigna”.
El monarca abandonó ese día The London Clinic, un centro privado londinense, tres horas después de su nuera Catalina, que había sido ingresada trece días en el mismo hospital privado para someterse a una misteriosa cirugía “abdominal”.
El 17 de enero pasado, el Palacio de Buckingham había anunciado que Carlos III se sometería la semana siguiente a una operación de próstata.
Frente al secretismo que había acompañado la hospitalización de su nuera, la casa real decidió ofrecer detalles de la dolencia del rey.