El magnate Elon Musk junto a su empresa Neuralink logró lo que se creía imposible. Plantó el primer chip cerebral en un humano. El objetivo es controlar dispositivos electrónicos solo con el pensamiento. Por esta razón, fue bautizado como Telepathy.

El proyecto llegó hasta los oídos de los empresarios chinos y decidieron anunciar su participación en la fabricación de los chips cerebrales. Esto amplía las posibles aplicaciones de la tecnología automotriz y otros sectores.

¿Cómo funciona el chip de Neuralink?

El sistema está compuesto por 1.024 electrodos casi invisibles al ojo humano, alimentados por una batería inalámbrica. Este primer ensayo del implante se busca generar una interfaz dispositivo-cerebro, de forma tal que la tecnología “lee” la actividad cerebral y transmite órdenes. En teoría funcionaria con el simple hecho de que la persona piense para controlar computadoras o teléfonos.

El chip recibe y manda información a una computadora, lo cual no es algo novedoso en sí mismo. El diseño es innovador, ya que el concepto de interfaz cerebro-máquina lleva décadas de desarrollo. La idea de Musk es implantar el chip, algo que no se había visto antes.

El propósito más grande es contribuir al tratamiento de pacientes que hayan perdido el control de sus extremidades y tengan infecciones neurológicas complejas y parálisis por problemas en la médula espinal. El propio Elon planteó en sus redes sociales que: “imagina que Hawking se hubiera podido comunicar más rápido que un mecanógrafo o un subastador”