El domingo, unos gritos de dolor y desesperación rompieron la tranquilidad en el barrio 1° de Mayo II de la ciudad de Concepción. Quienes gritaban eran dos padres y vecinos que encontraron a un bebé flotando en una pileta.
La sargento Verónica Figueroa acudió de inmediato. El cuerpo del bebé seguía en la pileta. Ella no se paralizó y comenzó a practicarle maniobras de RCP. El bebé expulsó mucha agua, pero no reaccionó. Verónica Figueroa no se rindió y continuó con las maniobras: así logró reanimar al menor que estaba inconsciente. Su rápido accionar devolvió la vida a ese pequeño.
Verónica pertenece a la División Patrulla Motorizada de Concepción, cuya base se encuentra situada en el mismo barrio donde ocurrió el accidente doméstico. Unos vecinos acudieron al lugar a solicitar ayuda a los motoristas y al escuchar lo que sucedía, la suboficial salió rápidamente a pie hasta la vivienda donde asistió al pequeño. Luego llegó la ambulancia que trasladó al bebé al hospital donde se logró estabilizarlo y momentáneamente se encuentra internado enobservación pero fuera de peligro.
“Tipo 12.45 se apersonaron vecinos del barrio 1° de Mayo II diciendo que había un bebé ahogado a pocas cuadras de ahí. Yo me fui por instinto, de madre y de policía y, cuando llegué vi al pequeño boca abajo en una pileta. Lo tomé en brazos, le comencé a realizar primeros auxilios, no reaccionaba, tenía latidos débiles entonces, lo tomé boca abajo, al ser tan chiquito hay que ser muy cuidadoso con el tórax y empezó a largar muchísima agua, fue la primera vez que veía eso. Luego suspiró y lo mismo no reaccionaba. Por esta razón pedí a la gente que estaba alrededor que se disperse, salí afuera y volví a tomarlo en posición boca abajo, le practiqué RCP y continúo expulsando más agua. En ese momento llegó personal de la Motorizada, que son mis compañeros que llegaron en menos de 10 minutos. El tiempo para mí, en estas circunstancias, no contaba y fue entonces que el pequeño comenzó a reaccionar, continué con las maniobras para que expulse los restos de agua por la nariz y largó el llanto y ahí recién sentí tranquilidad”, detalló Verónica y comentó que eso le recordó a una intervención con RCP que tuvo que practicarle hace varios años a su propio hijo que había sufrido un accidente.
La suboficial aseguró que los conocimientos que tiene sobre primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar fueron los adquiridos al ingresar a la fuerza policial. Los aspirantes tanto a la escuela de suboficiales como a la de oficiales suelen tener una preparación amplia no sólo en derecho penal, derechos humanos y demás intervenciones, sino también en primeros auxilios.
De acuerdo a la información que maneja la División Patrulla Motorizada, en estos momentos el pequeño se encuentra en observación, están realizándole estudios porque aún podría tener agua en los pulmones, por lo que deben procurar que expulse todo el líquido hasta limpiar esos órganos.
“Yo creo que era mi deber, estoy consciente de eso. La vocación que llevo, amo mi trabajo, llevar mi uniforme, brindar la ayuda a la gente que lo necesita es algo que lo tenemos que hacer, así sea una nimiedad para algunos, para ellos no lo es y para nosotros tiene que ser el mismo interés que ellos tienen”, agregó la sargento.